No es solamente una sensación, ni siquiera un caso focalizado en dos o tres nombres mediáticos concretos. Las cifras en materia de contrataciones de futbolistas se están disparando entre los clubes más grandes de Europa, y en la liga mas poderosa de todas, la Premier League, el incremento de los precios de los fichajes en los últimos años se ha disparado más si cabe. Una circunstancia palpable en todas las demarcaciones, pero especialmente llamativa entre los porteros y más aún entre los defensores, que en su conjunto han costado lo mismo que los centrocampistas.
En apenas cuatro temporadas, la liga más potente económicamente del mundo ha pasado de gastar una media de 7.8 millones de euros por fichaje en el verano de 2013, a 14.5 millones de euros de media en la recién concluida ventana estival de fichajes. Una incremento de gasto de más del doble, que también se ve claramente si nos centramos en los fichajes más caros realizados en 2013 y en este 2017 por los clubes más fuertes de la Premier League.
Sin ir más lejos, el Manchester City se ha gastado este verano 57.5 millones en Bernard Mendy mientras que cuatro años atrás su incorporación más cara había sido Fernandinho (40 millones). El Manchester United contrató en 2013 a Juan Mata por 44 millones, mientras que este verano ha firmado a Lukaku por casi el doble: 84.7 millones. El vigente campeón, el Chelsea, compró entonces a Willian por 35.5 millones de euros y este verano ha gastado 62 ‘kilos’ en Álvaro Morata, y el Arsenal de Arsène Wenger realizó su mayor desembolso de 2013 invirtiendo 47 millones en Mesut Özil mientras que Lacazette (53 millones) ha sido su fichaje más caro de esta ventana de traspasos.
Por su parte, el Liverpool se ha gastado 42 millones de euros en Mohamed Salah, procedente de la Roma, y en 2013 los 19 millones de euros pagados por Mamadou Sakho supusieron su traspaso más caro. El Tottenham pagó 30 millones por Soldado hace cuatro años y este verano el colombiano Davinson Sánchez ha sido el fichaje de mayor coste de los ‘spurs’ pese a ser uno un nueve y el otro un defensa central. Por último, el caso del Everton, cuyo futbolista más caro en 2013 fue James McCarthy, por quien pagaron 15.3 millones, mientras que este verano ha desembolsado 49.4 millones de euros para hacerse con los servicios de Gylfi Sigurdsson. Unos datos extensibles en proporción al resto de equipos de la competición inglesa, ya que el gasto promedio de los 20 equipos de la Premier League ha pasado de los 37.9 millones de euros de 2013 a los 79.5 millones de 2017.
Un aumento aún más llamativo si tenemos en cuenta que este año los equipos han incorporado de media muchos menos futbolistas (13.3) que el número de altas por club del verano de 2013 (19) y que el total del valor de mercado del bloque de nuevas incorporaciones apenas ha subido de los 77.3 millones de euros de hace cuatro años a los 81 millones de este verano. Una dinámica generalizada en Inglaterra, que ya está teniendo su eco en los gigantes europeos del resto de grandes ligas y que marca la deriva que está tomando el mercado de fichajes a esos niveles en contraste con la menor capacidad de inversión de los equipos medios y modestos.
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