El Real Madrid lo ha vuelto a hacer. Da igual cuando leas esto. Los blancos jugarán su 18ª final de Copa de Europa, buscarán su 15ª corona continental y todo ello después de haber ganado 2-1 al Bayern en el Santiago Bernabéu en lo que suponía el partido de vuelta de la 12ª semifinal de Champions League del Real Madrid en los últimos 14 años. Son datos mareantes y abrumadores que hablan de algo mucho más fuerte que un simple dominio. Es una tiranía.
Por mucho que sepas como será el desenlace no deja de impresionar, seas seguidor o no del equipo blanco. El Real Madrid lo ha vuelto a hacer. Carlo Ancelotti lo ha vuelto a hacer. Remontada en tres minutos, doblete de Joselu Mato mediante y los blancos a Wembley a medirse contra el Borussia Dortmund para alzar la 15ª Copa de Europa. Sencillamente increíble.
Ayer se vivió el nuevo capítulo de esquizofrenia y deleite en el coloseo blanco. El Real Madrid acabó ganando al Bayern por 2-1 un partido que perdía 0-1 en el minuto 88, después que el canadiense Alphonso Davies anotara un gol espectacular para los bávaros en el minuto 68. Ancelotti daría entrada a Brahim Díaz, Luka Modric y Joselu que sustituían a Fede Valverde, Toni Kroos y Rodrygo. Los cambios le salieron bien al curtido entrenador italiano. Fue Joselu, quién con sus dos goles, se erigió en el héroe de la enésima remontada blanca.
El Real Madrid está casado con la épica, sí, eso lo sabíamos, pero este tipo de fortaleza mental que demuestran los merengues en este tipo de situaciones extremas donde a otros les temblarían las piernas, ya trasciende mucho más allá. Te pueden cambiar el protagonista y el guion, pero el resultado es siempre el mismo. Ellos ríen y el rival llora.
Este aura de imbatibilidad continental del que presumen con factos ya es algo atávico, místico y que roza lo paranormal. Podrás ser seguidor blanco o no, pero solo queda reconocer que su supremacía es ciertamente admirable.