El gimnasta alemán Fabian Hambüchen quiere comprar y llevarse a su gimnasio la barra fija sobre la que hizo el ejercicio que le dio el oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Después de hablar con la prensa «volví al pabellón con un compañero canadiense para sacarme una foto con la barra y me vino el pensamiento: ‘Ey, tengo que comprar la barra'», explicó el atleta el martes por la noche. «Sería una idiotez dejar esto aquí», añadió a dpa.
Hambüchen, de 28 años, puso fin a su carrera con el oro en su cuarta participación olímpica. En Pekín 2008 fue bronce y en Londres 2012 se colgó la plata.
La empresa que fabrica la barra, Spieth Gymnastics, aseguró que no hace falta que Hambüchen pague por el aparato. «Aún tiene que aprobarlo la jefatura, pero encontraremos una solución, seguro. Fabian no tendrá que comprar la barra. Nosotros llevamos años apoyándole y es genial lo que logró en Río», dijo el mánager de Spieth Gymnastics, Jürgen Garziella, a la edición de hoy del diario «Tageszeitung» de Múnich.
Además, Hambüchen no debería pagar ni los costes de traslado de Río de Janeiro a Alemania. «Correrán a nuestra cuenta», indicó un portavoz de la aerolínea Lufthansa. «Llevaremos la barra a Fráncfort y desde ahí la trasladaremos a Wetzlar».
La idea de Hambüchen es colocar la barra en el gimnasio de la ciudad de Wetzlar donde entrena y que sirva de inspiración para los futuros atletas. «El emblema de los aros olímpicos está en las barras y le voy a añadir mi autógrafo para que sea un artículo único», señaló Hambüchen.