Como dice el viejo dicho inglés, «El rugby es un juego de villanos jugado por caballeros». Mucho ha tardado este deporte en llegar a unos Juegos Olímpicos, un deporte con gran tradición y con unos valores que más quisieran muchos. El deporte del balón oval (en su modalidad de Seven) ha sido una de las novedades en los Juegos de Río de Janeiro y España no ha querido faltar a esta cita histórica, representando al país en el cuadro masculino, femenino y en el arbitraje.
Alhambra Nievas, granadina de nacimiento y árbitra internacional, fue la encargada de pitar la primera final de la historia del rugby olímpico que enfrentó a las selecciones de Australia y Nueva Zelanda en el estadio de Deodoro. El oro se lo llevó el combinado australiano tras derrotar a las ‘All blacks’ por 24-17 en un partido histórico.
La designación de Alhambra no es una casualidad, ya que está considerada como una de las mejores colegiadas del planeta. El mundo del deporte es consciente de la dificultad de ser árbitro, siempre en un segundo plano pero a su vez elemento fundamental para la práctica del mismo. Por ello nos enorgullece tener a una de las mejores, sin duda un espejo en el que mirarse y un claro ejemplo de profesionalidad.
Por su parte, nuestro combinado femenino ha terminado su participación en séptima posición, un diploma olímpico que alegra a todo un país. Las pupilas de Jose Antonio Barrio ‘Yunke’ comenzaron su andadura en Río con dos derrotas frente a dos potencias mundiales como Francia y Nueva Zelanda, pero se repusieron con una gran victoria sobre Kenia y consiguieron el pase a cuartos de final siendo una de las mejores terceras. En cuartos se enfrentaron a las que a la postre fueron las campeonas, las australianas, las cuales acabaron con las posibilidades de medallas del combinado español.
Quedaba lo mejor, fuera de la lucha de las medallas y con el diploma olímpico asegurado, faltaba disfrutar de una experiencia inolvidable como son unos Juegos Olímpicos, algo que se le había privado a generaciones anteriores. Francia y Fiyi fueron las últimas rivales de las leonas, el ‘7’ del gallo volvió a superarnos en la lucha por el quinto puesto, espina que se sacarían nuestras chicas ante Fiyi para conseguir un gran séptimo puesto y la gran sensación de despedir la competición con una victoria.
Para la historia quedará que nuestras leonas fueron séptimas, que Australia se colgó el oro y que una española fue la encargada de dirigir la final. En el arbitraje, los sueños, también se cumplen.