Pilar ARJONA – Nada más certificar la eliminación en Champions League ante el Atlético de Madrid, el FC Barcelona homogeneizó su discurso. Andoni Zubizarreta en hasta tres ocasiones y Andrés Iniesta, en sus declaraciones post partido, utilizaron la palabra ‘final’ para referirse al duelo liguero frente al Granada CF.
La consigna era clara y las sensaciones, también. De no ganar en Los Cármenes, al Barça se le escapaban sus aspiraciones al título de Liga en un momento crítico. Pero, si los azulgranas tenían una patata caliente en la visita a los de Lucas Alcaraz, los rojiblancos se jugaban la vida. Y eso que éste era precisamente el encuentro de los que quedaban en que más claro parecía que no se sumarían puntos para sellar la permanencia. Con lo que ninguno de los dos contaba era que los andaluces tuvieran más fe.
El Barça se topó con un gol milagroso del Granada al cuarto de hora, un portero suplente salvador enfrente y una parroquia enfervorecida que sabía lo que se jugaba y llevó a hombros a sus jugadores durante los 90 minutos. Resultado: debacle de los del Tata y resurrección granadina.
Al Barça la derrota le genera serias dudas a cuatro días de la final de Copa y le aleja de la Liga, pues ya no depende de sí mismo para ganarla y ninguno de sus dos competidores puede permitirse tropiezos. Más allá de la derrota, el Barcelona ofreció una imagen de impotencia. Dispuso de ocasiones, incluso con un récord de posesión del 86%, pero la labor defensiva del Granada anuló todas sus opciones de remontar el partido.
Con contables bajas y preocupantes signos de inoperancia en el césped y en el banquillo, ni siquiera las ausencias pensando en la final copera pueden servir como justificación. Messi y Neymar, sus grandes estrellas, terminaron desquiciados en Los Cármenes. Y el gran señalado es el Tata Martino, que estará extra vigilado en el que en este momento parece su único título al alcance. Al menos, el único para el que sólo dependen de ellos mismos. Y es casi un todo o nada. De perder, esta semana podría ser de pasión para el barcelonismo. Quién sabe si incluso lo que ellos llamaron final puede ser realmente el final de una etapa.
Que la eliminación europea y el chasco liguero pasen o no factura a la moral azulgrana se verá el miércoles contra el Real Madrid. Sin embargo, para el Granada, la victoria ante los catalanes es un empuje más que necesario para afrontar los cinco partidos ligueros que restan. Tras tres partidos sin puntuar, los rojiblancos no sólo ganaron tres puntos en Los Cármenes. La machada ante el Barça les permite afrontar con otro ánimo el tramo final de la Liga. La permanencia está más cerca, después de las dudas generadas en los últimos encuentros. Éste era el milagro que faltaba en la capital nazarí para creer firmemente en la salvación. A falta de buen juego y goles, la fe va a ser su mejor aliada. Igual es eso lo que a los del Tata les hace falta para su reconversión.
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