La fase regular puso su broche final anoche en Oakland, la fiesta de los Warriors alcanzó su zénit al derrotar a Memphis Grizzlies por 125-104 y superar el histórico 72-10 en fase regular de los Bulls de la 95-96’ y dejar una marca para la historia, un récord para la eternidad: 73-9.
La temporada ha sido un camino de rosas para los pupilos de Kerr, el único bache ha sido emocional y fue el delicado estado de la espalda del propio Steve Kerr, lo que hizo tomar a Luke Walton el mando del banquillo, y bajo sus órdenes se consiguió el histórico 24-0 inicial y la racha de 28 victorias seguidas, hasta que cayeron en Milwaukee.
Sólo 9 derrotas en 82 partidos de fase regular: Vs Bucks (fuera), Dallas (fuera), Denver (fuera), Detroit (fuera), Portland (fuera), Lakers (fuera), Spurs (fuera) , Celtics y Timberwolves en la Bahía. Una locura.
Sería injusto sólo quedarnos con la fase regular de Stephen Curry y sus 400 triples, sus acciones de malabarista y su ‘magia’. ‘Steph’ es sin duda alguna el buque insignia del campeón del Oeste, pero el trabajo de los otros miembros del ‘Big Three’ es vital. La temporada de Draymond Green ha sido sencillamente sublime. Es el carácter de Golden State, cuando el record parecía un sueño, él lo hizo realidad. Músculo para defender, inteligencia para atacar y desparpajo para protestar. Junto a Westbrook ha sido el amo y señor de los triples- dobles esta temporada. El papel de Klay Thompson ha sido fundamental también. El asesino silencioso. Aporte imprescindible desde el perímetro durante toda la temporada, y este año si pudo cenar con su padre, gracias a que logro salir campeón del concurso de triples.
El resto de protagonismo ha sido muy coral: Bogut, Rush, Livingston, Barbosa y Barnes han sido los secundarios que más han aportado durante la temporada. Una plantilla en la que todos aportan y todos juegan. Un bloque por encima de talentos individuales. Los problemas físicos de Festus Ezeli y Andre Iguodala les han impedido coger ritmo a lo largo de la temporada y llegar en peores condicionales a los Playoffs. Papel casi testimonial de Speights, McAdoo, Clark y el llegado a última hora, Anderson Varejao.
Máximos aspirantes al anillo, un equipo al que sólo la experiencia de los Spurs o el talento de Cavs parece ser capaces de pararlos. Sus armas son claras: el juego exterior, mover bien el balón, correr y el control del rebote ofensivo. Sin una rotación especialmente amplia, Golden State vuelve a ser por derecho propio el máximo aspirante a todo. Explotar el ‘Small Ball’ para reventar la historia.
La película en Houston es totalmente opuesta. Con un récord de 41-41 y tras lograr el billete a la postemporada en la última fecha, ganando a Sacramento en el Toyota Center, los Rockets son octavos del oeste y primera piedra de toque para el campeón. La temporada ha sido un martirio para los texanos, que tras ser finalistas de la conferencia Oeste la pasada campaña, en esta han sublimado su mayor pecado, la pasividad defensiva hasta llegar a niveles casi insospechados. En ataque han vuelo a funcionar bien, usando su principal recurso como es el tiro exterior.
El 4-7 inicial empujó a la franquicia a prescindir de Kevin McHale para traer a Bickerstaff, decisión que no parece que haya sido clave en el devenir de la temporada para los de Houston. El análisis de lo que le ha pasado a Houston es más complicado que en otros equipos, pero allá vamos.
Los Rockets han cerrado con un récord ganador todas las temporadas desde 2006-07. Hasta el 50% de esta 2015-2016. Ningún otro equipo fuera del estado de Texas tiene una racha más larga de temporadas ganadoras. Sin embargo, dentro de Texas la historia es diferente. Los Dallas Mavericks están en medio de una racha de 15 temporadas, y los San Antonio Spurs han tenido una marca ganadora desde 1997-98.
Mientras que los Mavericks y los Spurs han ganado títulos de la NBA desde que arrancaron sus respectivas rachas, los Rockets solo han llegado dos veces a la primera ronda de playoffs desde 2006, y aún les falta avanzar hasta las finales. Considerando la calidad de los equipos de Houston, esto no debería sorprendernos.
La calidad de los equipos es más clara viendo el diferencial en la eficiencia, o la diferencia entre los puntos anotados por un equipo y los puntos que regala por cada 100 posesiones. En 2006-07, los Rockets lograron una cifra récord de 5.2, el cual va de la mano con un equipo que ganaría cerca de 54 juegos de temporada regular. 37 equipos de la NBA han mejorado dicha marca, cuatro la temporada pasada. En resumen, Houston ha sido un buen equipo por años, pero no tan bueno.
La temporada pasada no fue una excepción en la tendencia. Sí, los Rockets ganaron 56 partidos, pero las cifras de eficiencia del equipo de 3.4 es consistente con las 50 victorias. Una vez más, buena pero no genial. Sin embargo, cuando McHale fue despedido, el rendimiento de los Rockets fue de -7.5. Algo consistente con un equipo que ganaría 22 juegos en toda una temporada.
Cuando nos movemos de la eficiencia a las Victorias Producidas, vemos que las victorias de los Rockets en 2014-15 fueron en su mayoría por el juego de James Harden, quien terminó la temporada con calibre de MVP de 19.6 triunfos. El resto del plantel solo produjo 30.4 victorias. Y al igual que Harden fue la llave para el éxito de Houston la temporada pasada, resulta que también es la llave para entender los problemas esta temporada de Houston. Este año se ha repetido la misma tendencia, ‘la barba’ ha ganado más partidos para Houston que otros compañeros.
El año pasado, Harden produjo 0.316 triunfos por 48 minutos disputados —más de tres veces mejor que un jugador promedio en 2014-15. (Ya que un equipo produce 0.500 victorias por 48 minutos de juego, un jugador genera 0.100). Este año, sus Victorias Producidas (WP48) fue de solo 0.050. No solo Harden ya no era una estrella; ni siquiera era un jugador promedio de la NBA. El declive de Harden redujo la marca proyectada de los Rockets.
Corey Brewer y Howard no han ayudado mucho a mejorar el récord, cada uno en su terreno. Gran temporada, a su manera, de Capela, Beasley (fichado de China en plena temporada) y Jones. Intermitentes Smith, Ariza, Goudelock (igual que Beasley). Buenos porcentajes desde fuera, pero bajón en cuanto a lo que el año pasado respecta. No son un equipo, pero si un buen grupo de jugadores.
Ritmo alto, correr y tirar de tres. Esas son las señas de identidad en Houston. El problema es que a ‘golpes’, los Warriors pueden destrozar a los Rockets. Buscar soluciones para contrarrestar el Small Ball de Kerr, jugar bien el ‘pick and roll’ frontal, pasar bien el balón y jugar a más posesiones de lo normal. Y por supuesto, subir el nivel en defensa. Sólo así pueden empezar a soñar con ganar algún partido a los campeones. 3-0 en fase regular para Golden State.
Pronóstico: Golden State gana 4-1
Periodismo. Hablo de baloncesto casi todo el tiempo. He visto jugar a Stockton, Navarro y LeBron, poco más le puedo pedir a la vida. Balonmano, fútbol, boxeo y ajedrez completan mi existencia.
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