Síguenos de cerca

Fútbol femenino

Gema Soliveres, arriesgar para triunfar

Situamos a Jávea en el mapa por sus preciosas calas, el idílico Portitxol, la brisa del mar mediterráneo y su pradera de Posidonia. En tiempos del covid-19, la tierra del tenista David Ferrer se ha convertido en uno de los destinos turísticos más preciados de la Comunidad Valenciana, hasta el punto de batir récords de visitantes a lo largo de este verano. En ese precioso lugar en la costa norte de Alicante nació hace casi 21 años una futbolista que en poco tiempo se ha erigido como uno de sus mayores referentes deportivos.

Gema Soliveres Cholbi (Jávea, 2000) tomó una decisión trascendental en su vida y en su carrera hace apenas un año y medio. Decidió salir del Valencia, del que había formado parte durante una década, para fichar por un Deportivo Alavés que se reafirmaba como uno de los grandes candidatos al ascenso a Primera Iberdrola. Adiós Mediterráneo, hola Vitoria. “Fue un cambio muy radical, la verdad. Desde el tiempo hasta no tener playa. que yo soy muy de playa. Para mí es algo como necesario (risas). Estar todos los días con el sol, y que no llueva… Y aquí es todo lo contrario. Pero al final vienes a lo que vienes, la ciudad es muy acogedora y se hace todo más ameno”, nos cuenta la alicantina, que tuvo que salir claramente de su zona de confort.

Una ciudad que conocía a la perfección, alejarse de sus padres (a los que tenía a apenas 1 hora y cuarto y veía todos los fines de semana) y dejar un club que se fundó exactamente el mismo año que entró en él, cuando el Valencia absorbió al Colegio Alemán. Por entonces Gema tenía ocho años y ya hacía tiempo que adoraba jugar al fútbol, imitando a su hermano. Por sacar buenas notas en el colegio, sus padres decidieron apuntarla a las pruebas de acceso a las categorías inferiores. “Dijeron que contaban conmigo, y mis padres pensaron que sería porque era el primer año y entraban todas. Pero pasaron diez años y ahí seguía”, nos cuenta Gema con una sonrisa.

Con el conjunto che, ya en el segundo equipo, ascendió a Reto Iberdrola. Ese verano recibió ofertas, pero decidió vivir el sueño de jugar por primera vez en Segunda División con su equipo. Los meses siguientes serían muy duros para un Valencia ‘B’ que se estrenaba en la categoría. Fue entonces cuando el Alavés llamó a su puerta. “Irme de la que sigo sintiendo mi casa fue complicado. Pero quería tener la oportunidad que ahora estoy teniendo, buscar otros objetivos, seguir creciendo y exigirme. Llegó un momento en el Valencia que me sentía estancada, no tenía esa exigencia para sacar lo mejor de mí, y sobre todo seguir aprendiendo y mejorando en lo que necesitaba y sigo necesitando. Sentí que tenía la necesidad de salir, arriesgarme un poco. Y de momento me está saliendo bien”.

Y tan bien. Tras la pandemia, que llevó a la suspensión del fútbol femenino en España, llegó una temporada ilusionante en la que el Deportivo Alavés logró ascender por primera vez a la máxima categoría, con Gema Soliveres siendo una de sus jugadoras más destacadas. Llegó la renovación y con ello el sueño de jugar en Primera: la alicantina ha sido titular en las dos primeras jornadas, y en las dos el conjunto babazorro ha logrado el triunfo.

“Son sensaciones complicadas de explicar. Llevas mucho tiempo trabajando por esto, ves que no llega… El año pasado el equipo hace muy buena temporada, ves que puedes tener la oportunidad y se da de la mejor manera: debutar en casa y ganar, que es lo que el equipo quería. Creo que no hubo fin de semana más redondo para la gente”.

Crecer a distancia

A pesar de la brusquedad del cambio, Gema se adaptó con rapidez en Vitoria. No le pesó la decisión y ni mucho menos se le pasó por la cabeza volver a casa. “Para mí no fue un problema irme lejos. Siempre ha sido una cosa que me ha llamado la atención: el poder irme, vivir en otra ciudad… Y si he tenido duda de algo en el club siempre han estado dispuestas a ayudarme, sobre todo al principio. Lo hicieron todo mucho más fácil”, cuenta.

¿En qué ha mejorado más Gema Soliveres desde que salió de Paterna? “A nivel personal, estás viviendo fuera de casa, tienes que buscarte la vida, gestionar tus propias emociones… pero en lo futbolístico ha sido el cambio físico, la exigencia tácticamente, gestos que te dan muchísima ventaja, como un simple control… Cosas básicas que dentro del mundo del fútbol son muy importantes. He notado un cambio bastante notable, obviamente me quedan muchas cosas por pulir, pero he crecido en muchos aspectos que buscaba, y tener jugadoras como Mery y Miri de referentes te ayuda a aprender día a día”.

Ese crecimiento le ha ayudado a adaptarse bien a la Primera Iberdrola, donde la exigencia en el campo es mayor. “Sí, es verdad que se nota una diferencia en el ritmo e incluso en la agresividad. Y mira que Reto Iberdrola venía siendo un cambio bastante notable en ese aspecto, pero en Primera ese puntito de más, esa intensidad, se nota”. No lo parece para un Alavés que con esas dos victorias se va perfilando como uno de los candidatos a equipo revelación del campeonato. “El equipo está trabajando muy bien, está dando muy buenas sensaciones. Al final nosotras lo que queremos es eso, sumar todo lo que podamos. Tenemos claro cuál es el objetivo, pero no queremos ser conformistas ni sentirnos inferiores a nadie por ser un recién ascendido”, señala.

¿Cuáles son las claves de este éxito inicial del Alavés? Para empezar, una preparación estival que le ha servido para situarse en el nivel exigible en la élite. “La verdad que de una pretemporada a otra ha cambiado mucho. El físico se ha trabajado más porque somos conscientes de que somos un equipo que venimos de dominar partidos y tener mucha posesión. Ahora este año no va a ser tan así, puede que tengas momentos de balón, pero muchos partidos van a ser de tú a tú, con muchas transiciones que en Primera también es muy típico. Tienes que estar preparada para ello”. El Alavés era uno de los gallos de Reto Iberdrola y se caracterizaba por un juego atractivo, algo que tanto Mikel Crespo como las propias jugadoras no quieren que cambie en exceso. “Queremos mantener la esencia que nos ha hecho estar donde estamos”.

Otro de los factores importantes de este Alavés tiene que ver con la capacidad de reacción. En los partidos ante Betis y Rayo Vallecano se puso por delante, pero después encajó un gol en contra que les pudo desestabilizar. En el primero anotaron el tanto de la victoria tan solo ocho minutos después de recibirlo, y en el segundo llegó en el añadido, demostrando que en el equipo no existe el conformismo.”Cuando sufrimos un gol en contra no nos podemos hundir, porque estás dando más aire al rival, te tienes que sobreponer. Al final le has metido un gol antes, te ves capaz de poder meterle otro. Vamos a por ello, y por exigencia y ambición lo estamos consiguiendo”.

Valores que transmitir

A sus casi 21 años (los cumple a principios de noviembre), Gema tiene las cosas claras. Fichar por el Alavés fue la mejor decisión posible, porque es titular en un equipo con el que logró ascender y ahora compite en Primera División. Prolongar ese sueño es su prioridad, aunque en el horizonte se divisen objetivos mayores. “Quiero asentarme en Primera. Coger ritmo, jugar muchos partidos. Y después lo que venga. Las oportunidades llegan con trabajo. A todo el mundo le gusta probar cosas nuevas, estar en un club que pueda competir en Champions. Hay que ser ambiciosa, pero primero hay otros pasos. Trabajaremos poco a poco para conseguirlo”.

Por supuesto, el Valencia también está ahí, en ese horizonte. “Siempre dicen que es bonito volver a casa. Es verdad que no lo descarto. Ahora estoy aquí, feliz en el Alavés, me están dando la oportunidad que llevaba tiempo buscando. No te puedo decir lo que me deparará el futuro, pero nunca se sabe”. En Vitoria, como ocurre en Bilbao, Éibar o Donosti, el sentimiento hacia el fútbol femenino es comparable al del masculino, algo que sorprendió a Gema desde el principio. “Nosotras lo notamos mucho. Más este año, que estamos en Primera. Vas por la calle y te dicen ‘suerte, tal’. La gente es muy de fútbol, no desprecia nada. Incluso muchas veces te hacen comentarios a favor de las Gloriosas y tal, y como no estás acostumbrada te llaman la atención. No distinguen entre masculino y femenino”.

Hace poco que Gema retomó la carrera de Magisterio, esta vez a distancia. Su idea tras colgar las botas pasa por dedicarse a la educación física. “Quiero transmitir los valores que me ha enseñado el deporte. Tener esa influencia que tienen los profesores en los niños, poder llevarlos a un aula y que se puedan nutrir de eso”. Pero el fútbol es su vida y tampoco tiene intención de alejarse en exceso del balón: ser entrenadora o formar parte de una dirección deportiva entra dentro de sus planes, más ahora viendo la evolución de las mujeres en los banquillos. Este año en Primera Iberdrola hay récord con cinco. “La gente que lleva trabajando muchos años por el fútbol femenino permite que a las jóvenes se nos abran más puertas. Son cosas por las que tenemos que seguir luchando, formándonos para que esos puestos no se echen a perder”.

Y con ello volvemos al origen. Poco a poco, Alicante se hace un hueco en el panorama del fútbol femenino, contando cada vez con más futbolistas en Primera (Sandra Paños, Asun Martínez, María Jiménez, Nerea Pérez o la propia Gema) y aumentando el número de clubes que apuestan firmemente por crear una cantera sostenida y una sección femenina cada vez más profesional (el Elche, por ejemplo, logró el ascenso a Reto Iberdrola). Lejos queda la época en la que El SPA Alicante, club que justo cumple 25 años estos días, era un oasis en medio de un desierto.

“Es verdad que en los últimos años se está trabajando mucho el fútbol femenino en general en la Comunidad Valenciana. Se están creando muchos equipos, ya no solo de grandes clubes o que tengan un soporte económico. Clubes más pequeños, de pueblecitos, para competir en autonómica, escuelas… No puedes empezar desde lo alto, se está teniendo esa ambición, veo un crecimiento bastante notable”. Es la oportunidad de oro para que más ‘Gemas Soliveres’ surjan de Jávea y alrededores. El futuro es de esas niñas que ya tienen un espejo en el que mirarse.



Artículo patrocinado por Iberdrola
Foto cabecera: Twitter @AlavesFem

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

Comparte la notícia

No te lo pierdas

Más sobre Fútbol femenino