El #RossiVsLorenzo llegaba al rojo vivo a Sepang, donde las Honda se erigían como principales favoritas. Dani Pedrosa lo rubricó con la pole, que convirtió en victoria de principio a fin. Marc Márquez intentó seguirle, pero no pudo con el ritmo de su compañero y acabó convirtiéndose en protagonista por motivos muy alejados de la lucha por la victoria.
Desde segunda fila, Jorge Lorenzo salió fatal. Se quedó clavado y se vio superado por las Ducati, que se interponían entre él y Valentino Rossi. En medio circuito había resuelto el problema. En ese momento, podía incluso intuirse una doble lucha: las Honda, por la victoria. Las Yamaha, por el podio y el título, todo a la vez.
Para nada. Lorenzo pasó a Rossi y no le dejó opción a réplica. Llegó hasta Márquez y aprovechó la colada del bicampeón para ponerse segundo. De nuevo, dos luchas. Dani-Jorge por la victoria; Marc-Vale por el podio. Dos contiendas muy distintas.
La de la victoria se produjo en la distancia, fue la lucha de los ritmos. Lorenzo apretó todo lo que pudo pero resultó baladí. El ritmo era de Pedrosa, y con él, la victoria. Segunda de la temporada. Recuperados los antebrazos, va recobrando la confianza de la mejor forma que existe: desde lo alto del podio.
La del podio fue tan breve como intensa. Una concatenación de adelantamientos que se iban endureciendo. Un piloto que quería jugar y otro que no estaba para juegos. El desenlace es consabido: Márquez acabó en el suelo tras una maniobra más que cuestionable de Rossi que le acabaría costando tres puntos en el carnet que, unidos al que ya arrastraba desde Misano, le harán salir último en Cheste. Un podio que le permite seguir soñando con el décimo.
Con Andrea Iannone fuera a las primeras de cambio por problemas mecánicos; y Andrea Dovizioso sumando un nuevo fiasco en forma de caída; Bradley Smith arañó una nueva cuarta posición que seguir sumando a su impoluta temporada; por delante de Cal Crutchlow, Danilo Petrucci y las Suzuki; donde Aleix Espargaró se impuso por milésimas a Maverick Viñales para hacerse con la séptima posición.
Moto2: Zarco no perdona una
Johann Zarco se hizo con su octava victoria de la temporada al imponerse al suizo Thomas Luthi, que había liderado toda la carrera. Completó el podio Jonas Folger, ayudado por la caída de Álex Rins cuando luchaban por el tercer puesto. El mejor español fue Luis Salom, sexto.
Moto3: Oliveira pone picante
Miguel Oliveira se impuso a su compañero Brad Binder y al español Jorge Navarro para apurar sus escasas opciones de título, que se decidirá en Valencia gracias a la séptima posición de un Danny Kent que necesitaba ser quinto para proclamarse campeón.
GRANIZADO DE IDEAS
Lo urgente no suele dejar tiempo para lo importante, que es la segunda victoria del año para Dani Pedrosa. Un triunfo majestuoso, logrado de principio a fin, sin paliativos. Con el sello que patentó hace años, cuando era el piloto que mejor salía de todos y, ese que cuando tenía ritmo en un circuito, se volvía totalmente imbatible cualesquiera que fueran sus rivales.
En Sepang, el circuito que ‘engañó’ a Honda en pretemporada camuflando las flaquezas de la RC213V, se esperaba un duelo Pedrosa-Márquez. No hubo tal: Dani salió desatado, contuvo a Lorenzo hasta hacerle dar por bueno el segundo para dar un paso de gigante en su mega-pretemporada 2016. En un año para olvidar, ya suma dos victorias inolvidables.
Mal en el semáforo (superado por ambas Ducati), sobresaliente en la primera vuelta. A mitad de la misma, Lorenzo ya había recuperado la cuarta posición; no dudó en el ataque a Rossi y aprovechó el error de Marc para situarse segundo. Iba lanzado a la victoria, pero no pudo con Dani y tuvo que conformarse con 20 puntos que le hacen llegar a Cheste con garantías.
Vamos a lo urgente: la deleznable acción de Rossi que acabó con los huesos de Márquez en el suelo. En su carrera 329, la que le situaba como el hombre con más grandes premios disputados –superando a Loris Capirossi-, Vale derribó de una patada gran parte del muro de leyenda que había construido durante las 328 anteriores.
Se pueden buscar –y encontrar- tantos atenuantes como se desee: Se juega igualar el tope histórico de ocho títulos en la categoría reina de Giacomo Agostini. Se siente envuelto en una conspiración judeo-masónica de españoles, percepción acrecentada por la nula resistencia opuesta por Marc ante Jorge. Márquez le hinchó las narices en clara ‘vendetta’ por las acusaciones vertidas por el propio Vale en rueda de prensa…
Da igual. Ningún atenuante puede ni debe justificar la lamentable falta de respeto de Rossi hacia el motociclismo. Quince adelantamientos al límite habían permitido escaparse a Pedrosa y Lorenzo y, en el número 16, a Valentino se le fue la olla. Del todo.
Pasó del ‘block to pass’ al ‘block to crash’: miró hacia atrás -dos veces- en actitud desafiante, clavó los frenos muchísimo más de lo necesario y, al sentir el contacto de un Marc sin sitio para mantenerse en pista, soltó el pie derribando a su adversario ante la estupefacción y decepción de todos los aficionados.
‘Se me ha caído un mito’ era el mantra más repetido en las redes. Allá cada cual. La ubicación de Rossi en el altar mental de cada uno es respetable. Pero seamos serios. Rossi no es un demonio. Rossi no es un criminal.
Rossi cometió un error. Impropio. Gravísimo. De enorme impacto mediático. Merece castigo (seguramente más que salir último en Cheste); e incluso el juicio público al que se está viendo sometido. Pero no la pérdida de perspectiva. Siendo un borrón enorme a su trayectoria, no debe hacer olvidar lo mucho y bueno que Rossi ha aportado al motociclismo. Lo que sí debería hacer –y cuanto antes- es pedir perdón. A Márquez y al deporte.
Y poco más, porque en la mayoría de los sentidos, la carrera acabó ahí. Desastre de Ducati maquillado por un gran Petrucci, tercera satélite sólo tras los británicos que están brillando entre las no oficiales: Smith y Crutchlow. Bien las Suzuki, muy bien Stefan Bradl y primeros y merecidos puntos para Toni Elías. Ocho españoles en puntos (todos menos Márquez), se dice pronto.
En dos semanas, un Cheste enrarecido. Rossi llegará con siete puntos de ventaja, pero saliendo último. La presión estará en el lado de Lorenzo. Para la batalla final, y pase lo que pase, dos deseos. Uno: que se parezca a Australia, no a Malasia. Dos: que gane el mejor, pero que gane bien.
Burgos, 1987. Madrileño de adopción. Periodista deportivo 3.0. Motociclismo, por encima de cualquier piloto; y deporte, por encima de cualquier deportista o club. Licenciado en periodismo, aprendí en Eurosport. Ahora soy editor en motorpasionmoto.com y colaboro en Sphera Sports, Motorbike Magazine y Sport Motor motociclismo.
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