Hubo una época en la que el Birmingham City era un equipo muy difícil de batir en Premier. Debemos retroceder a la era McLeish cuando en St Andrew’s –su estadio- nadie conseguía ganar. Los blues, sin embargo, un curso más tarde comenzaron a sufrir en la liga y a pesar de ganar la copa de la liga aquel año, acabaron descendiendo. La entidad, como le pasa a la mayoría al caer al pozo, se estancó. Ahí siguen habitando. Hace dos meses, el club fue comprado por un multimillonario asiático en busca de devolver al Birmingham a la élite. El nuevo propietario, en un comunicado, afirmaba que buscaría “la continuidad y la estabilidad”. Gary Rowett no puede decir lo mismo.
Rowett, que había sido jugador de los blues en su etapa como futbolista, cogió al Birmingham en puestos de descenso. Ocho meses más tarde su plantilla rozaba los puestos de promoción con una meritoria décima plaza tras el pésimo arranque. La temporada posterior consiguió acabar, de nuevo, décimo. Tras dos años de consistencia, parecía que el tercero era el elegido para acercarse al ansiado ascenso. Y Rowett lo estaba haciendo bien. Su conjunto estaba séptimo, a tres puntos del tercero, y acababan de ganar al Ipswich 2-1. A la mañana siguiente estaba despedido.
Fuentes cercanas al Birmingham afirman que la moral de los jugadores está por los suelos. Rowett se había convertido en un héroe en la ciudad. Era la referencia, un técnico, además, con proyección para ser importante. Asimismo, en enero –con el dinero del nuevo propietario- el joven de 42 años iba a tener la oportunidad fichar a alguien para dar el siguiente paso. Pero eso no va a ocurrir.
Gianfranco Zola, uno de los mejores jugadores de la historia del Chelsea, será el encargado de llevar adelante lo que comenzó Rowett en 2014. Muchos expertos afirman que “es una de las peores decisiones en la historia del fútbol”. Desde luego, no parece que sea el mejor momento para destituir a alguien que ha hecho tanto por el Birmingham. Pero en el fútbol las formas no son importantes y lo que se ha hecho por alguien se olvida al segundo. Rowett es historia y esa misma historia, dirá si el Birmingham se equivocó dejándole en el paro.