Francia ya queda lejos. Un lustro parece poco, pero es muchísimo. De hecho, ha habido hasta una pandemia en medio. Haz el ejercicio de colocarte en 2016 después de que Gales, con un Gareth Bale entonadísimo, cayera en semifinales de la última Eurocopa después de apear a Bélgica. No sé si tu vida era mejor o peor, pero algo ha tenido que cambiar. Más de un galés llega a esta competición con la idea de ese pasado en la cabeza. Siempre quedará París, eso está claro. Aunque Humphrey Bogart ya no está aquí para decírnoslo con carisma.
Quizás esta sea la selección más golpeada del torneo. Ryan Giggs, leyenda y también seleccionador, fue apartado hace ya dos ventanas por entrar en un litigio contra dos mujeres que le acusan de agresión. En el proceso se ha puesto al mando Robert Page, un clásico de las divisiones inferiores inglesas que está en el momento más impresionante de su carrera: justo cuando menos lo esperaba ha aparecido la oportunidad de su vida. Eso, aunque parezca que no, también puede influir en la selección de los futbolistas y en la idea que quiera implementar. El grupo en el que están encuadrados no es nada sencillo y el miedo, siempre presente en estas instancias, puede causar estragos.
Page ha agarrado la pizarra y ha decidido cambiar cosas: se ha apartado del 4-2-3-1 de su antecesor y ha colocado un 3-4-3 de manual. Los resultados le avalan. El objetivo es conseguir mezclar a los triunfadores de Francia con la sangre fresca de los Ampadu, James o Williams. Un equipo que sea equilibrado, que defienda bien y que arriba tenga a Gareth Bale en versión superhéroe: ese que te gana partidos con su velocidad, con su disparo y con su liderazgo. Si sus preferencias eran el golf, Gales y ya después el Real Madrid esta vez tiene que olvidarse del tee por unos días. Seguro que lo hace. Esa es la única manera para que su país vuelva a cuajar memorias que quedarán para siempre en el imaginario colectivo del aficionado medio. Las semifinales son complejas, pero unos octavos de final ya serían palabras mayores tras todos los contratiempos de los últimos meses. Con Francia, por supuesto, siempre en el recuerdo de una selección que quiere seguir soñando un poco más.
Imagen de cabecera: Imago
