Nápoles es una ciudad muy italiana para lo bueno y para lo malo. Allí todo se vive con una pasión desmedida y el fútbol es una de las cosas más importantes de la localidad. Por ello, cuando Higuaín se fue a Turín en busca de ganar una liga y –porque no- una Champions League todos le odiaban. Pasó de ser el prócer más grande que uno se podía pensar a convertirse en el villano más cruel. Maurizio Sarri sabía que no iba a encontrar un delantero de las cifras que tenía el ex del Real Madrid pero quería uno que pudiera suplirle de forma digna. Encontraron a Milik y no fue mal al inicio. Aun así, una lesión grave del polaco engendró un problema para el conjunto napolitano que aún perdura. Y Gabbiadini, aunque suene raro, es el más perjudicado.
El ex de la Sampdoria, de repente, se encontró con la presión de toda una entidad como la partenopea para capitanear un ataque de muchos quilates. El problema, sin embargo, no es la responsabilidad de liderar la delantera sino que realmente él no es un delantero centro nato. Gabbiadini no tiene unas cifras goleadoras en Italia que indiquen que sea un jugador llamado a ser capocannoniere en un futuro y cada vez que juega se le nota. Ha nacido para ser un segunda punta, alguien que acompañe a una referencia ofensiva capaz de poner balones en el fondo de las redes.
Aun así, es extraño que no esté encontrando su hueco en el cuadro del sur de Italia. En una plantilla repleta de ‘llegadores’ natos -como pueden ser Hamsik, Callejón o Mertens- Gabbiadini podría ser aquel falso nueve que desaparece para dejar huecos a los centrocampistas napolitanos. De hecho, frente al Benfica, los lisboetas salieron con cinco defensas para contrarrestar esas magnificas diagonales que tiran Callejón e Insigne pero Gabbiadini no se encontró de nuevo.
Asimismo, el internacional no tiene mucho tiempo. Hay muchos rumores que le colocan lejos de San Paolo y, además, Milik está cerca de recuperarse de su lesión. Cada día cuesta más verle un lugar en la escuadra y Sarri es el primero que más de una tarde ha decidido colocar a otros como Insigne o Mertens en la punta. Sería una lástima ver a Gabbiadini partir ya que Nápoles es un club que le va al pelo, pero su fuego empieza a apagarse.