Síguenos de cerca

Fútbol Español

Futbolismo

Vivimos días de banderas en los balcones. Sobre estos trozos de tela que algunos sienten como parte de su cuerpo, leí un tuit que me representa: «Algún día os daréis cuenta de que las banderas no abrigan». Las banderas son el origen del marketing, venden países y la gente los compra. Estos días, en Twitter se puede leer mucho odio pero también algunas reflexiones ocurrentes. Así me pareció ésta: «Sentirse orgulloso de ser español (o catalán) es como sentirte orgulloso de tu grupo sanguíneo». Tal cual. Uno puede sentirse orgulloso de lo que va consiguiendo en la vida, de unos valores que pone que en práctica. Pero no de que te toque la lotería. Te tocó nacer aquí, no es motivo de orgullo. Sí lo será que intentes dejar un pueblo, un país y un mundo mejores que cuando llegaste. Lucha por evolucionar y siéntete orgulloso de ello, no de haber nacido aquí (o allí).
El nacionalismo llevado al fútbol también existe. Y es igual de peligroso y radical. Sentirse superior por ser de un equipo determinado. Pensar que eres mejor que tu vecino o amigo porque un día de niño decidiste ser de tu equipo. Pues no, nadie es mejor que nadie por animar a un equipo u otro. Ni los que son de un equipo grande y están acostumbrados a ganar ni los que son del equipo de su ciudad y sacan a relucir el orgullo local (recuerden lo del grupo sanguíneo).
Yo soy del Madrid, pero cuando me encuentro a ciertos madridistas prepotentes, que se sienten superiores como seres humanos por los trofeos que pueblan las vitrinas del Santiago Bernabéu, que antes de jugar ya hablan de la paliza (deportiva) que le van a meter al rival, me dan ganas de no serlo por no tener nada que compartir con gente así. Entonces pienso que es mejor vivir el fútbol desde mi individualidad, como si nadie más fuera de mi equipo, para salvar la pasión que nació en la infancia. Sufrir en la derrota y disfrutar con la victoria, dentro de todo lo que se puede sentir una alegría en la que tú no has tenido nada que ver.
Mi abuelo, del que ya os hablé, es manchego y del Barça desde joven. Muy del Barça. Pues a sus 86 años se plantea dejar de serlo porque piensa que la directiva culé no le representa, lo deja fuera. Le he dicho que no puede hacer eso, porque él es del Barça por el fútbol. No podemos dejar que las actuaciones de los directivos, entrenadores o jugadores de nuestros clubes nos alejen de tantas emociones almacenadas a lo largo de los años. A mí no me gustaba cómo se comportaba Mourinho, pero no dejé de querer que ganara el Madrid. Los clubes están por encima de sus representantes. Eso sí, podremos elegir disfrutar más si el héroe nos cae bien.
Luego están los ultradefensores de sus equipos, los que sacan las garras por los suyos a pesar de sus malas acciones. Son aquellos que se toman como una ofensa personal una crítica a uno de los suyos, como si por criticar a un jugador de tu equipo ya quisieras la derrota. Sólo un mensaje para ellos: sin autocrítica, no hay mejora posible. En el fútbol y en la vida.

1987, Pinto (Madrid). Periodista deportivo. Un año en Marca y seis en La Sexta Deportes. Fútbol y ciclismo.

Comparte la notícia

Comentar la noticia

You must be logged in to post a comment Login

Leave a Reply

No te lo pierdas

Más sobre Fútbol Español