Soy de las que piensa que una persona miente cuando dice que le gusta el fútbol pero no tiene especial interés en ningún equipo. Y como periodista sé que este es un tema controvertido. Creo que es algo natural que un club nos llame la atención por encima de otros.
Escribí esto a propósito de las palabras de Dani Alves –“Periodismo basura”-, una afirmación que, personalmente, comparto. La era digital ha supuesto un gran cambio para el mundo periodístico, no solo a nivel de formatos, sino también en cómo tratar la información. Todo vale mientras los clicks y la audiencia aumenten. Parece que los periodistas nos hemos convertido en un simple objeto más, aquel que se encarga de transmitir una información, veraz o no, con tal de conseguir más adeptos a su misma causa. No importa si no escribimos conforme a nuestros principios, tampoco si dejamos de lado el papel esencial del Periodismo. Cuanto más nos insulten, mejor estamos haciendo nuestro trabajo.
Hace un par de días estuve en Madrid para visitar los diferentes medios de comunicación. Me llamó la atención una frase que me dijo la persona que nos guiaba tras asegurarle a qué equipos tenía más simpatía. “Entonces puedes irte a la redacción que tenemos en la otra ciudad”. Y sonrió. Seguramente no lo dijo con maldad, pero entonces yo me pregunte: ¿Y qué tiene que ver lo que me guste con ser una buena profesional cuando tenga que escribir?
Puedo pasarme horas viendo partidos de fútbol, de cualquier liga y de cualquier categoría. Y durante los 90 minutos seguro que hay acciones que me molesten más o menos, decisiones arbitrales que no comparta y goles que me hagan saltar de alegría o contenerme por dentro. Ahora bien, en cuanto se me presenta el papel delante, incluso inconscientemente, sé qué ha estado bien, sé si el equipo contrario ha jugado de manera sobresaliente y sé que, entonces, habrá que resaltarlo en la crónica, reportaje o género que vaya a escribir.
El “periodismo basura” es todo lo contrario a esto. En el mundo digital los periodistas nos hemos convertido en forofos. Conscientes de que gracias a Internet nuestra visibilidad es mucho mayor, hemos utilizado el “periodismo al servicio del público” para aumentar nuestro propia imagen y marca, para deteriorar el buen hacer, para demostrar que todo vale y convertir la información en basura, donde la honestidad desaparece porque solo nos importa una parte de la sociedad.
Por supuesto, estoy generalizando. Ni yo misma me incluyo dentro de este nuevo tipo de Periodismo, con el que hay que convivir. Tras la polémica, Alves comentó que no todos se tenían que sentir ofendidos y que se sabía perfectamente a quiénes iban sus palabas. Espero que con este texto tampoco haya ofendido a mucha gente, esa no es la intención. Por suerte, las nuevas tecnologías han dado a conocer nuevos proyectos dirigidos por periodistas que sí creen, al 100% en nuestra profesión, cuidan las causas y las consecuencias y consiguen que los demás aprendamos de ellos. Porque escribir de manera honesta y lo más objetiva posible aunque tus gustos sean totalmente contrarios se consigue. Es lo que llama ser un buen profesional.