El cónclave de Singapur entre el máximo accionista del Valencia, Peter Lim, la presidenta Layhoon Chan, Cesare Prandelli y ‘Suso’ García Pitarch acabó como quería el técnico italiano. En cuanto a (mini) revolución de la pantilla, sí, pues Prandelli regresó con el consentimiento de su boss para rearmar y cambiar de rostro a una plantilla que está desangrando el escudo desde que arrancó la temporada. Además, el de Orzinuovi será el hombre fuerte de la parcela deportiva y el que llevará la voz cantante en la reparación del motor blanquinegro. Habrá fichajes. Mínimo uno por línea. Pero también salidas y, muy probablemente, de futbolistas llamados importantes. La plantilla del Valencia no dispone de referentes y para Cesare Prandelli es transferible hasta el autobús tuneado de negro azabache o las pantallas HD que decoran Mestalla desde la pasada temporada.
Pero el problema es mucho más profundo que la permuta de jugadores a corto plazo. Aferrarse al único hombre de fútbol que tiene el club entra dentro de lo normal y más, cuando García Pitarch se ha sumergido en las aguas del bochorno desde su llegada. Pero sigue siendo otro golpe de timón a la desesperada. Quien debe andare fuori es la inexistente estructura que hay en el Valencia desde que Salvo, Rufete, Ayala y Salvans desaparecieron de la ecuación del singapurense. No se queden con los nombres sino con el trazado. Un club de fútbol tiene su lógica cuando existen partes y cada una de ellas sabe con nitidez a qué se debe ocupar y de qué se debe preocupar. Sin alteraciones ni intromisiones. Pero Lim, que está en todo su derecho porque ha puesto la pasta, quiere jugar a este juego activando y desactivando botones como si se tratase de un juego de mesa. Delegar en profesionales íntegros, conocedores del valencianismo y que tengan autonomía en sus parcelas sería volver a ser un club serio. Así se montan las empresas futbolísticas, señor Lim, Sí, he dicho de fútbol. Porque esto es SAD. Una sociedad anónima deportiva. No una empresa al uso.
Prandelli, además de a conseguir un retrato distinto de la plantilla a partir del próximo mes de enero, viajó a Singapur con la idea de convencer al magnate de la necesidad imperiosa de profesionalizar el club en todas las parcelas. La bajada de exigencia ha sido tal que ahí están los resultados. Existe una sobreprotección de los actores principales que al final se les ha vuelto en contra. Los futbolistas han de notar la presión, no sentirse cómodos mientras van ‘apuñalando’ a los suyos cada fin de semana con actuaciones espantosas por los campos de España.
Parece que la petición quedó en eso. Peter Lim ya sabe lo que piensa el que hoy ya es el hombre fuerte dentro del Valencia CF. Esperemos que una vez se levante el vuelo y se salve la temporada se capitalice el club con el mayor tesoro: la estructura. Hay muchos modelos en los que fijarse pero el Sevilla es uno de los ejemplos de profesionalidad y campos de mando marcados. Los hispalenses quisieron reflejarse en el Valencia a comienzos de siglo y copiaron lo bueno. Sería un buen camino ahora hacerlo a la inversa.
El general Prandelli ha puesto en marcha la #OperaciónFuori en materia deportiva. Solo falta que Peter Lim se mire el ombligo y también la lleve a cabo en su modelo caduco, concluido y perecedero. Aunque sea a partir del próximo verano.