Su cicatriz, sus regates, sus goles. Franck Ribéry, jugador de culto para una generación, se ha despedido en su último club tras no poder superar una lesión de rodilla que le provocaba un dolor importante. «A pesar de los esfuerzos que he hecho en los últimos tres meses, el dolor en mi rodilla solo ha empeorado, y los médicos lo tienen claro: no tengo más remedio que dejar de jugar. Tengo que terminar mi carrera como jugador profesional«, dijo hace unos días con mucho dolor.
Ha sido en la Salernitana, una entidad que sobrevive en la Serie A, donde ha cerrado un círculo impresionante. Previamente pasó por Metz, Galatasaray , Marsella, Bayern FC y Fiorentina. Una carrera muy variopinta pero con un denominador común: muchos títulos.
Oliver Kahn, gerifalte en la actualidad del Bayern FC y compañero en su tiempo en el club alemán, no dudó tampoco en elogiar al extremo francés: «Ha tenido una de las mejores carreras en el fútbol y no solo en el Bayern. Tuve la suerte de jugar junto a él y pude ver desde mi arco cómo entusiasmaba a nuestra afición con su juego en el otro extremo del campo».
Cabe recordar, por supuesto, la sempiterna pareja que conformó con Arjen Robben. Tanto él como el neerlandés ya han dejado el balompié. Con la marcha de ambos, perdemos a dos futbolistas que asustaron a media Europa durante varios lustros.
Imagen de cabecera: @FranckRibery