¿Se aproxima el final de una era en la Fórmula 1? El patrón de la categoría reina del motor, Bernie Ecclestone, podría dejar su puesto esta semana, coincidiendo con la llegada definitiva del nuevo dueño de la competición, Liberty Media, según coinciden hoy los medios británicos.
Ecclestone, de 86 años, ha dirigido la clase reina del automovilismo durante cuatro décadas, pero la nueva empresa propietaria ya designó a Chase Carey como presidente de la Fórmula 1 y al parecer estaría a punto de crear otro puesto ejecutivo para manejar el marketing y los patrocinios.
Eso dejaría a Ecclestone sin poder efectivo incluso aunque mantuviera un papel dentro de la organización. Según el diario «The Times», se le podría ofrecer el cargo de presidente de honor de la categoría, aunque no está claro que vaya a aceptar esa posibilidad.
Los medios británicos coinciden en que, en cualquier caso, el directivo no ocupa un rol central en los planes de los nuevos dueños.
La pasada semana, Liberty obtuvo la aprobación de sus accionistas y de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) para la adquisición de la Fórmula 1, así que solo restan formalidades para concluir el traspaso. Sólo las autoridades europeas de defensa de la competencia podrían frenar el proceso, aunque se espera que para el inicio de la temporada en marzo esté concluido.
La operación para el traspaso de los derechos comenzó el año pasado, cuando Liberty Media, una empresa de medios y entretenimiento creada hace 25 años por el multimillonario John Malone, adquirió la marca por 3.930 millones de euros, a los que se añade la asunción de deudas por un valor similar.
Liberty tendrá el 35,3 por ciento de las acciones de la categoría, suficiente para controlar la compañía y tomar las decisiones. Su llegada desplaza a CVC Capital Partners, que comandaba la Fórmula 1 desde 2005 y había nombrado a Ecclestone como su director ejecutivo.
Las diferencias surgidas entre el millonario británico y el grupo estadounidense que adquirió la categoría no son en realidad un secreto.
«Si Liberty Media se propone amplias reformas que me parezcan extraordinariamente difíciles de llevar a cabo, entonces ya no me gustaría seguir estando aquí«, dijo el británico en una entrevista en noviembre con el diario alemán «Die Welt».
Y tiempo antes dijo a la emisora Sky que no se aferrará a su cargo en la conducción de la Fórmula 1. «Gracias a dios no necesito el dinero, no necesito el trabajo», afirmó Ecclestone durante el Gran Premio de Singapur del año pasado. «Si por casualidad las cosas no van en la dirección correcta, aunque puedo estar yo en lo incorrecto, sin dudas que voy a desaparecer», agregó en aquel momento.
Los futuros dueños aún no dieron a conocer, al menos públicamente, el nuevo concepto que esperan introducir en la categoría. Pero según medios ingleses, la idea es relevar no sólo a Ecclestone, sino a los principales directivos de la Formula One Management (FOM).
Carey, un importante ejecutivo mediático, está ya confirmado como nuevo presidente de la categoría, mientras que Sean Bratches, un ex directivo de ESPN, asumiría la comercialización de la Fórmula 1. Y en la conducción deportiva se está hablando de negociaciones con Ross Brawn, ex jefe de Mercedes y Ferrari.
Ecclestone está ampliamente considerado como el hombre que convirtió la serie automovilística en el negocio multimillonario que es hoy, con ingresos anuales por 2.000 millones de dólares.
Sin embargo, su estilo personalista es criticado por anacrónico y el modelo de negocios muestra signos de agotamiento. Asimismo, se le critica la falta de atención a nuevas ventanas de comercialización, como pueden ser las redes sociales, así como sus alianzas con líderes señalados internacionalmente por la falta de respeto a los derechos humanos.
Se espera que Carey busque relanzar las estrategias digitales de la Fórmula 1, así como profundizar el negocio en Estados Unidos y frenar la progresiva retirada de Europa. Y Ecclestone, en principio, deberá mirarlo desde afuera.