Estamos tristemente acostumbrados a ver como la llegada de gente de fuera no siempre es bien recibida. La empatía ya cuesta con los de casa, imagina con los de fuera. No ocurre así en el fútbol, que otra vez más demuestra vivir en su particular burbuja de realidad paralela.
Futbolistas como Jude Bellingham, João Cancelo, Hamari Traoré, Savinho, Artem Dovbyk o Dodi Lukebakio han caído de pie en La Liga. No es opinión es información.
En tiempos de severas penurias económicas para la mayoría de clubes de La Liga, la adaptación rápida de los futbolistas extranjeros es más importante que nunca. Y es que en un contexto financiero complicado, marcado por las rígidas normas de fair play financiero que emanan de La Liga, salir al exterior para acometer un fichaje cuesta demasiado como para andar con moratorias, paciencia y tiempos de adaptación. No debería ser así, pero lo es.
Jude Bellingham (20) lleva un mes y medio en Madrid y parece que esta sea su tercera temporada. Su rendimiento es brillante y es el líder del equipo en muchísimas parcelas. El inglés tiene claro quién es, cuál es su potencial y lo que supone que el Real Madrid pague 100 millones de euros por ti. Hay que tener mucha madurez y fortaleza mental para lograr lo que está logrando.
João Cancelo (29) ya conocía la Liga tras militar en el Valencia antes de ir al Inter, Juventus, Manchester City y Bayern. Ahora, acompañado de un tocayo y paisano que busca redención a 500 kilómetros, vuelve a La Liga para recalar en un Barça que precisaba de un lateral derecho diferencial como el pensionista necesita del pan para empujar el cocido.
No deja de ser más impresionante, por lo inesperado, el rendimiento que están mostrando algunos extranjeros que debutan en La Liga. El maliense Hamari Traoré (31) llegó del Stade Rennes este verano tras 6 años de militancia en el club galo. La realidad es que ya encandila en San Sebastián, adueñándose del lateral derecho del equipo donostiarra y contando con el cariño de su nueva hinchada.
Al extremo belga de ascendencia congoleña Dodi Lukebakio (26) ya se le conocía, al menos los más parabólicos, y es que en Bundesliga (Fortuna Düsseldorf, Hertha y Wolfsburg) ya dejó pinceladas de su potencial. Llegó sin hacer ruido a Sevilla en el cierre de mercado y ya parece llamar a la puerta reclamando liderazgo y gloria, algo que en el Ramón Sánchez Pizjuán siempre han sabido valorar.
Mención especial para lo del Girona, que más allá de las llegadas de Eric García y Pablo Torre, en el marco del traspaso de Oriol Romeu a la entidad blaugrana, acometió el fichaje de cuatro futbolistas extranjeros como son el brasileño Savinho (19), el ucraniano Artem Dovbyk (26), el neerlandés Daley Blind (33) y el joven medio colombiano John Elmer Solís (18). Solís aún necesita unas semanas para mostrar lo que la dirección deportiva del Girona vio, y a Daley Blind ya se le conoce bien tras sus años en el Ajax y el Manchester United. Eso sí, lo de Savinho y Dovbyk nadie lo vio venir. El extremo brasileño flota como una mariposa y pica como una avispa. Eléctrico, chispeante, volcánico. Puro veneno. Lo del Dovbyk (26) va camino de ser uno de los mejores fichajes del curso, llegó a Girona por 7M€ desde el Dnipro ucraniano y parecía que venía como un complemento para ayudar a la figura de Tsygankov. Lo cierto es que ya es uno de los mejores delanteros del campeonato y tan solo llevamos 8 jornadas.
Recuerda, en la sociedad al extranjero se le mirará con desconfianza hasta que se demuestre lo contrario, salvo si empieza a destacar con la camiseta de tu club, entonces la cosa ya es distinta. El fútbol y sus cosas.