El 29 de octubre de 2006, Nicky Hayden aguardaba la carrera más importante de su vida en la quinta posición de la parrilla formada en el Circuit Ricardo Tormo de la Comunidad Valenciana, donde Valentino Rossi se había hecho con la pole.
El próximo 6 de noviembre de 2022, Fabio Quartararo se alineará en la parrilla del Circuit Ricardo Tormo de la Comunidad Valenciana, donde también estará Pecco Bagnaia y quién sabe si estará en la pole.
Su sueño de ser campeón de MotoGP se había ido difuminando en los meses anteriores. Tras lograr en Indianápolis su segunda victoria de la temporada -donde acumulaba nueve podios en once carreras en un encomiable ejercicio de regularidad-, comandaba la general con 34 puntos sobre su compañero, el rookie Dani Pedrosa. Mientras, Rossi sumaba en el trazado estadounidense su tercer cero del año y caía al cuarto puesto de la general a 51 puntos del estadounidense.
Su sueño de revalidar el título de MotoGP se ha ido difuminando a lo largo de los últimos meses. Después de conseguir en Sachsenring su tercer triunfo del curso -con seis podios en diez carreras bregando con una moto inferior-, lideraba la general con 34 puntos sobre el veterano Aleix Espargaró. Mientras, Bagnaia salía de Alemania con su cuarto cero del año y prácticamente desahuciado en la general, cayendo al sexto puesto a 91 puntos del francés.
A partir de ahí, Rossi empezó a aferrarse a su trono con una increíble racha de cinco podios consecutivos que culminó con el ‘sorpasso’ en la cita de Estoril, donde un segundo puesto de ‘Il Dottore’ le catapultó al liderato de la general gracias al primer cero de Hayden en toda la temporada, que además se produjo al ser involuntariamente derribado por Pedrosa en la quinta vuelta de la carrera lusa.
A partir de ahí, Bagnaia empezó a aferrarse a la posibilidad de su primer título con una racha de cuatro victorias consecutivas que extendió a ocho podios en nueve carreras, culminada con el ‘sorpasso’ en Phillip Island, con un tercer puesto le catapultó al liderato de la general gracias al cuarto cero de Quartararo, que semanas antes había sufrido uno en Aragón tras un impacto involuntario con Marc Márquez en la primera vuelta.
Lo que parecía impensable unos meses atrás había sucedido: Rossi llegaba líder a Valencia y se hacía con la pole. Crecido, todo parecía estar servido para extender un año más su reinado en la categoría reina del motociclismo, que duraba desde 2001. Ocho puntos les separaban en la general: el sexto seguido se daba casi por hecho.
Lo que parecía imposible unos meses atrás sucederá: Bagnaia llegará líder a Valencia, con un colchón tras ganar en Sepang. Crecido, todo parece dispuesto para devolver a Italia y a Ducati a lo alto del motociclismo tras 13 y 15 años de sequía, respectivamente. 23 puntos les separan en la general: su primer título se da por hecho.
En aquel 2006, Hayden sabía que necesitaba un pequeño milagro: una escalera de color en el ‘river’ de una partida de Texas Hold’em. Así lo escenificó en su mono, donde junto a una montaña de fichas de póker escribió la palabra ‘ALL IN’, la apuesta en la que te juegas todas tus fichas en un todo o nada. Cuatro cartas descubiertas: el 10, la J, la Q y la K de diamantes. Solamente le valía una carta.
En este 2022, Quartararo necesita un gran milagro: no solamente necesita ganar la carrera ante todo el ejército de Ducati. Es que, aunque lo consiguiera, no le valdría ni que Bagnaia replicase el resultado de su mentor en aquel 2006: hasta siendo 13º sería campeón. Al francés solamente le vale la victoria y que su rival acabe 14º o peor. En términos ‘poquerísticos’, necesita la madre de todas las escaleras. Un ‘ALL IN’ con todo perdido.
Lo que sucedió hace 16 años es pura historia del motociclismo: Rossi se fue al suelo y su remontada hasta la 13ª posición fue estéril: Nicky Hayden concluyó tercero y, bañado en lágrimas de felicidad, festejó el título de MotoGP en una de las imágenes más inolvidables del motociclismo reciente.
Lo que sucederá en dos semanas en Valencia está todavía por escribir. Hace tiempo que Fabio Quartararo no tiene buenas cartas y no tiene fichas para tirarse un farol. Solamente puede encomendarse a que la diosa fortuna haga de las suyas para intentar ganar el mayor ‘ALL IN’ de toda la historia del motociclismo y volver a ser campeón de MotoGP.
Imagen de cabecera: Repsol Media
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