Tras varios meses de especulaciones e incertidumbre, por fin se ha oficializado el regreso de la NBA. La Junta Directiva de la liga, encabezada por Adam Silver, ha dado su visto bueno para que Disneyworld acoja un final de competición reducido y atípico. Pese a los intentos del comisionado para que los 30 equipos volvieran, tan solo serán 22 -todos con opciones de entrar en playoffs– los que jugarán en Orlando.
El nuevo formato incluye varias medidas innovadoras. Cada equipo disputará tan solo ocho partidos más de regular season para dictaminar la clasificación final. Además, como gran novedad, se implantará un un torneo play-in entre el octavo y el noveno clasificado de cada conferencia para pelear por la última plaza en las eliminatorias. Eso sí, para que llegue a producirse, el noveno debe estar a una diferencia máxima de cuatro victorias del octavo. Otras peculiaridades con las que tendrán que lidiar las franquicias serán los pabellones vacíos, la desaparición del factor pista o tener que permanecer concentrados en Disneyworld.
Ya es un triunfo el hecho de que la competición vuelva y tan solo el paso del tiempo dictará sentencia pero, a priori, en la liga hay la sensación de que a determinadas franquicias la suerte se la ha puesto de cara mientras que otras han dado un paso atrás en la carrera por el título.
Un rayo de esperanza
El nuevo formato ha caído en varios equipos como agua de mayo, es el caso de aquellos que no estaban en puestos de playoffs pero sí permanecían en la lucha por la última plaza. Con la implantación del play-in, franquicias como Pelicans, Blazers o Kings han sido claramente beneficiadas ya que, muy probablemente, la novena posición de la Conferencia Oeste les de una opción de jugar las eliminatorias. Para ello tendrían que vencer al octavo clasificado dos partidos de forma consecutiva en un nuevo mini-torneo.
Otros que no deberían estar compungidos por el nuevo formato son los Mavericks, Sixers y Pacers. La presencia de estos equipos en la fase final estaba prácticamente asegurada, sin embargo, todo apuntaba a que no tendrían factor pista en ninguno de sus cruces. Como se van a disputar todos los partidos en un pabellón neutral, dicha desventaja desaparece. Especialmente llamativo será el caso de los Sixers, un equipo que sufre en exceso (récord de 10-24 esta temporada) cuando juega ante aficiones rivales, algo que no tendrá que hacer más.
De forma menos significativa también han salido bien paradas otras franquicias que tendrán posibilidades de llegar a la fase final a pesar de estar claramente fuera de puestos de playoffs como son Spurs, Suns y Wizards. Las probabilidades que tienen de llegar al noveno puesto a menos de cuatro partidos del octavo clasificado son remotas, pero todavía es posible.
Un lastre en la carrera por el título
La lógica indica que los más perjudicados con este nuevo formato son aquellos que habían hecho más méritos a lo largo de la temporada. Bucks, Lakers, Clippers, Raptors, e incluso Celtics y Nuggets, son franquicias muy fiables ante su afición y que tenían prácticamente asegurado el factor pista, al menos en primera ronda.
El caso de los Bucks puede afectar de forma considerable a los opciones de título de los de Milwaukee. Esta temporada el equipo liderado por Antetokounmpo tan solo ha perdido tres partidos en su pabellón. El Fiserv Forum es todo un fortín, clave para entender el éxito de la franquicia. Lejos de él, como estarán durante toda la estancia en Disneyworld, los Bucks son más vulnerables.
Imposible no mencionar entre los perjudicados a la franquicia que peor parada ha salido: Memphis Grizzlies. Nadie contaba con los de Tennessee a principio de temporada pero han roto todos los pronósticos asentándose en la octava plaza, puesto de playoffs. El nuevo formato les obliga a sacar una ventaja de cuatro partidos al noveno clasificado para conseguir el pase directo a la fase final. De lo contrario, podrían ser el primer equipo que no disputa las eliminatorias habiendo quedado octavo desde que se instauró el formato de dieciséis equipos en playoffs.
Lakers, un caso especial
La franquicia de Los Ángeles vive una situación singular. Como se mencionó, están en el grupo de perjudicados al perder el factor pista. Sin embargo, paradójicamente, podrían sacar rédito de la situación. Los Lakers tienen el mejor récord jugando en pabellón ajeno de toda la liga (23-6). Además, sus rivales directos en la lucha por el título, Clippers y Bucks, sufren más que ellos lejos jugando “fuera de casa”. Estos factores unidos al descanso de LeBron James, que a sus 35 años seguro que ha agradecido este break, otorga a los angelinos una ligera ventaja en medio de un torneo de lo más imprevisible.
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