Luis César Vilorio La Main Round del Europeo de Polonia 2016 ya es historia. Una fase de grupos que ha dejado sensaciones muy encontradas. Por un lado ha habido partidos, que podríamos llamar aburridos, demasiado desequilibrados y decididos demasiado pronto. Quizás debido a la fatiga de los jugadores por culpa de un calendario casi denunciable en el que no han podido descansar en condiciones. Un ejemplo de ello, fue el Francia 32-24 Croacia, que guardó emoción hasta el minuto 20 de la primera mitad. Pero por supuesto ha habido partidos emocionantísimos e igualados hasta el último segundo. Por suerte los más abundantes, como han sido el Suecia 28-28 Dinamarca o el España 31-29 Hungría.
Hablando de los Hispanos, en esta ronda se ha podido ver lo mejor y lo peor de la selección española. Sin duda alguna, lo peor fue la segunda parte ante Dinamarca (23-27) en la que quedaron completamente bloqueados tanto en defensa como en ataque, sin ideas, nerviosos e incapaces de reaccionar. En ese momento, comenzaron a surgir algunas dudas sobre si los chicos podrían alcanzar las semifinales.
Pero si de algo van sobrados los Hispanos es de orgullo, carácter y garra. Consiguieron sobreponerse a ese duro revés y hacer un gran partido para ganar a la Hungría de Talant (31-29) despejando muchas de las incertidumbres. Pero el mejor partido de los Hispanos estaba por llegar. En el último día estaba en juego el todo o nada ante Rusia (25-23). La primera parte no fue del todo buena pero en la segunda ajustaron la defensa, fluyeron mejor en ataque y confirmaron que quieren ganar este Europeo.
Una de las sorpresas más notables, ha sido la eliminación de dos de las mayores potencias del mundo, Francia y Dinamarca, que han caído de forma inesperada.Y ambas ante las dos revelaciones de este torneo: los galos a manos de Noruega, y los daneses ante Alemania. Los nórdicos han deslumbrado y enamorado a partes iguales a todos con su juego. Mientras, los daneses de Gudmundur Gudmundsson fueron doblegados por una selección teutona que a pesar de las múltiples bajas sufridas han sabido sobreponerse y conseguir llegar a las semifinales.
Una mención aparte merece Croacia. La selección balcánica tenía ante sí uno de los mayores retos jamás vistos en este torneo: si quería clasificarse para semifinales debían ganar a la anfitriona, Polonia, por la friolera de 11 goles y lo consiguieron (23-37) dejando a todos con la boca abierta, demostrando que hasta que pite el árbitro todo es posible.
Ahora ya no vale fallar, ya no vale tener un mal día, ahora es el todo o la nada. Porque ahora comienzan las semifinales.