España solventó su ‘match ball’ ante Dinamarca para acceder a cuartos de final y lograr dos victorias en una fase de grupos por primera vez en su historia.
Cardonismo. Empezaba el tiempo de añadido y España vivía en el alambre. Un gol la dejaba fuera del torneo pese a haber dominado en gran parte del encuentro y creado multitud de ocasiones. Entonces, un centro tenso desde la izquierda de Olga Carmona lo aprovechó con un cabezazo de los que marcan época una oportunísima Marta Cardona. Un momento especial para una futbolista que hace un año era titular indiscutible para Jorge Vilda, pero que las lesiones han maltratado en la temporada más difícil de su carrera. Anoche llegó a confesar que en enero se le pasó por la cabeza colgar las botas. Dejarla fuera de la Eurocopa habría sido lo lógico, pero Vilda seguía confiando en ella, al contrario que dentro de su mismo club. Si ante Finlandia provocó el penalti del 4-1, frente a Dinamarca inmortalizó uno de los goles que nunca olvidará el fútbol femenino español. Puro Cardonismo.
Pólvora mojada. Es un debe de España en los grandes torneos. A pesar del 4-1 del debut, la Roja (en este caso de azul) sufre lo indecible para ver puerta ante rivales con cierto peso internacional. La actual subcampeona continental sabía que si se encerraba atrás y buscaba balones largos hacia Pernille Harder, el plan podía llevarle a la victoria y a cuartos. Y aunque por primera vez Vilda salió con una centrocampista menos y hasta cuatro atacantes, el gol no llegaba, y las ocasiones claras, tampoco. Lucía apenas inquietó a una Christensen que mostró claros signos de debilidad a la hora de retener el balón en sus guantes. Aitana estuvo más vigilada de lo normal y menos liberada a la hora de pisar área. Y Mariona y Sheila no aportaron el desequilibrio esperado. Quedaba Athenea, la gran novedad del once, que le costó arrancar pero acabó siendo la principal amenaza del combinado español, aunque sin suerte en todas y cada una de sus acciones. El gol se resistió hasta el tiempo añadido, algo que probablemente no se podrá permitir el miércoles ante Inglaterra.
Reacción a tiempo. Jorge Vilda se quitó cualquier tipo de complejo y por primera vez en esta Eurocopa hizo lo que un entrenador está llamado a hacer en tiempos de necesidad. Fue valiente cambiando el esquema, hizo tres sustituciones al descanso buscando agitar el partido (Esther, Carmona y Cardona) y aunque sorprendió dando entrada a Laia Aleixandri por Athenea, la jugada también le salió bien: Laia tuvo una ocasión nada más entrar y Olga Carmona tuvo mayor libertad para subir por su banda, dando pie al gol de Marta. Estuvo a punto de dar entrada a Amaiur Sarriegi con 0-0 y el partido a punto de acabar, dando muestras de que en ningún momento fue a especular. Criticamos a Jorge muchas veces, pero esta vez hay que sacarse el sombrero.
Chute de confianza. No han sido días ni semanas fáciles para el grupo, aquejado por los positivos por covid-19 y graves lesiones que han afectado anímica y deportivamente. Perder a dos baluartes, sobre todo a una Alexia que lideraba al equipo en todos los sentidos (y a solo 3 días del debut, ya entrenando en Inglaterra), es algo que habría trastocado a cualquiera. El guion de los partidos tampoco ha ayudado: ante Finlandia y Alemania encajó en los primeros minutos. Siempre se ha visto obligada a cumplir con unas expectativas que en realidad cambiaron desde el momento en el que Alexia se rompió el cruzado. Pero como bien dijo Irene Paredes tras ganar a Dinamarca: «Nunca nos hemos puesto límites y no lo vamos a hacer ahora». El 0-0 habría dado también la clasificación, pero el grupo necesitaba la victoria para recuperar la autoestima, entre ellas una Sandra Paños que tras fallar ante Alemania protagonizó una de las acciones decisivas del choque ante Nadim. Contra Inglaterra jugarán por primera vez en mucho tiempo sin favoritismo alguno, y precisamente eso puede ser una ventaja. Ya no hay nada que perder.
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