A pesar de haber disputado tres de las cuatro primeras Copas del Mundo, el fútbol en Estados Unidos no ha sido un deporte especialmente popular. El baloncesto, el fútbol americano o el béisbol son deportes claramente con más seguidores entre el público norteamericano. Cuando pensamos en ligas de fútbol, las primeras que se nos vienen a la cabeza son las de España, Inglaterra, Italia, Alemania y Francia, no la MLS. Sin embargo, el país de las barras y estrellas está experimentando un crecimiento en este deporte, siendo cada vez más visible y popular.
Uno de los motivos principales es la llegada de futbolistas de renombre a la Major League Soccer, como Kaká, Wayne Rooney, Andrea Pirlo, Zlatan Ibrahimović y las últimas incorporaciones de Giorgio Chiellini y Gareth Bale.
Otro de los motivos puede ser la organización de tours de grandes equipos europeos a Estados Unidos en verano. Esto ya es algo habitual entre los grandes de Europa. Equipos como el FC Barcelona, el Real Madrid o la Juventus de Turín juegan gran parte de sus partidos de pretemporada en tierra americana, de modo que aficionados estadounidenses pueden ver a sus ídolos con sus propios ojos.
Ahora bien, a pesar de este crecimiento, los resultados no han acompañado a la selección de fútbol de los Estados Unidos en los distintos mundiales que han disputado. Sí que es verdad que en la Copa del Mundo de Uruguay en 1930, los americanos cosecharon un tercer puesto, el mejor en toda su historia, pero se trataba de un torneo mucho menos competitivo, con tan solo 13 selecciones participantes.
Hace 20 años que Estados Unidos no alcanza unos cuartos de final, y ni siquiera se clasificaron para la anterior Copa del Mundo, la de Rusia 2018. Es por ello que para este Mundial, el seleccionador Gregg Berhalter ha apostado por un cambio, llevando a Catar el equipo más joven de la competición. Una selección que promedia los 25.5 años de edad, con un fútbol rápido y directo, y con jugadores asentados en grandes clubes europeos, como su capitán Christian Pulisic y otros jugadores como Gio Reyna, Sergiño Dest y Yunus Musah.
Esta selección promete, no para ganar el campeonato ni llegar a semifinales, pero sí que pueden dar un golpe sobre la mesa e igualar su marca de cuartos de final en 2002. No están en un grupo especialmente difícil. Cierto es que se espera que Inglaterra pase como primera de grupo, pero los Estados Unidos pueden quedar segundos, por encima de Gales e Irán.
Ya en 2026, a ellos les tocará ser anfitriones junto con Canadá y México, pero no es momento de hablar de ello. Ahora toca disfrutar de lo que viene, del fútbol. A pesar de la controversia que ha generado, ahora toca disfrutar de Catar.
Foto de cabecera: Selección de los Estados Unidos