La Eurocopa, allá por el minuto 1 de encuentro, no podía haber empezado peor. La selección de Jorge Vilda, tras la terrible lesión de Alexia Putellas, arrancó su primer envite en Inglaterra recibiendo un machetazo en el corazón: Finlandia, en el primer acercamiento, anotó un gol que asustaba a España. Sällström superaba a Paños y ponía el miedo en el cuerpo de todo un país que tiene la sensación de que este año sí puede ocurrir algo especial.
Sin embargo, la reacción fue brutal. Las españolas comenzaron a jugar de un lado al otro, sin ponerse nerviosas, y ya consiguieron remontar antes del descanso. Paredes y Bonmatí, la MVP de la tarde, tranquilizaron a Putellas: la balón de oro, sin uñas, estaba en las gradas sufriendo con cada jugada. Dos testarazos para calmarlo todo.
El segundo acto fue mucho más tranquilo: García y Caldentey, en los estertores del partido, cerraron una goleada que será engañosa por el sobresalto del prólogo. La próxima cita del combinado nacional será en Brentford: buscarán la segunda victoria ante Alemania. Jorge Vilda tendrá un poco de sosiego para preparar a la plantilla para el siguiente reto. El triunfo es el mejor Prozac para las depresiones en los grandes torneos. Las sensaciones llegarán con el paso de los días.
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