Yo no sé si tú, yo no se si yo, pensábamos que los nuestros podrían ser capaces de enfrentar a Italia y Francia como lo hicieron. Seguiremos siendo como hoy, críticos anclados a nuestras filias sin capacidad para dejarnos seducir. No sé si después de amanecer vamos a sentir la misma sed. Sed de juventud que se revela pidiendo paso en tiempos flacos contra consejo de sabios. Para que pensar y suponer que va ser así cuando lo más sencillo es decir que no has ganado. No preguntéis cosas que no sé porque no tengo toda la información.
No sé dónde vamos a parar, eso ya la piel nos lo dirá. Cuestión de piel fina el pensar que las decisiones se toman con ánimo revanchista en lugar de buen propósito. Para que jurar y prometer cuando lo que pensemos en tres meses no está en nuestro poder. Yo no sé lo que es eterno, pero sí lo que no lo es, nuestra opinión. No me pidáis algo que es del tiempo, porque eso es lo que necesito para saber.
Yo no sé mañana, pero hoy creo que la Selección debe hacernos estar juntos. No se acaba el mundo si diferimos, pero seguro que de acuerdo gira mucho mejor. Llegaremos a amarnos y a odiarnos, siempre va a estar ahí esperándonos. Ahora no tenemos reglas ni reloj, ni urgencias más allá de la clasificación para el Mundial. Todo lo que vemos es lo que hay, en el campo y en los micrófonos, y no sé yo si podemos pedir más de lo que dan. No tratemos de correr antes de andar, en los últimos torneos se ha demostrado que estamos vivos. La Eurocopa y la Nations League han sido momentos de realidad.
Yo no sé mañana, pero hoy me veo representado por algo de lo que desconfiaba. He sido capaz de urdir un plan que me desencajara de la posición de fuerza que me mantenía contrariado. Quería pero no creía en lo que veía. Ahora disfruto con la esperanza de creer. Yo no sé mañana si volveremos a ser tan felices como fuimos, pero por si acaso. Gracias Luis Enrique. Lo siento Luis Enrique.
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