España venció a Italia (2-1) gracias a un gol de Joselu Mato en el 88′ y jugará su segunda final seguida de la Nations League, esta vez ante Croacia (domingo, 20:45). Yéremy Pino (3′) adelantó a España y Ciro Immobile (11′) puso las tablas desde el punto de penalti. El postrero tanto de Joselu decidió un partido que permitirá a la Selección luchar por un título 12 años después y da aire a un Luis de la Fuente que, pese a que tan solo había dirigido dos partidos como seleccionador, llegaba con poco crédito a esta Final Four.
La estrella es Rodri
Antes de esta Final Four de la Nations League, Rodri Hernández ya era el mejor jugador español del momento. El partido contra Italia no hace más que confirmarlo. El jugador del Manchester City fue el pegamento en un encuentro en el que la Selección dejó muchos espacios y se partió con facilidad, lideró los ataques y mostró una personalidad propia de uno de los mejores jugadores de un equipo que viene de ganar el triplete. Está en un nivel muy superior al de sus compañeros. Ojalá aprovechemos al mejor pivote del mundo.
2. Dos selecciones por hacer
Había una final en juego y lo importante era el resultado, pero el España-Italia de hoy no supone ningún avance para ninguna de las dos selecciones, con un presente que nos hace ser muy nostálgicos con el pasado. Ambas, además, tienen problemas muy similares y que les alejan de combinados como Inglaterra o Francia: su fragilidad defensiva les condena y tienen muchas dificultades para inquietar al rival tanto desde el plano táctico como el individual. Falta talento y hay carencias colectivas.
3. Los revulsivos funcionaron
En una segunda parte en la que Italia bajó el nivel, los cambios de España dieron otro aire al equipo. Fabián Ruiz entró con el dinamismo que le había faltado en sus anteriores apariciones con la Selección y demostró que, como Mikel Merino, puede terminar siendo un buen escudero de Rodri. En el caso de Joselu, poco más se puede decir que no se haya dicho. El ariete volvió a hacer gala de su oportunismo y marcó un gol que, más allá de cualquier análisis sobre el nivel de España, significa el billete a una final.