Son las 11 horas de la mañana de un día cualquiera. Jaime Fortuño (Monzón, 1985), cofundador de MBP, aparece en pantalla. Puntual y con un aspecto afable y cercano, dispuesto a romperle los esquemas a la distancia que generan los encuentros digitales en tiempos donde, cada vez más, hablamos por Skype, Zoom, Google Meet o Teams.
Inicia, con una soltura que le caracteriza, mostrando orgullo por su tierra. Su relación con el fútbol empezó desde muy pequeño. Llegó a jugar en el Peñas Oscenses en División de Honor, equipo que entonces estaba por encima del Huesca. Más tarde jugaría en el Atlético Monzón, mientras entrenaba también a niños, y el Binéfar, disputando la Tercera División durante unos años. Estudió Administración y Dirección de empresas en Vic (Barcelona). Y más tarde se especializó en MBA Sports Management, donde intentó vincular sus dos pasiones: empresa y fútbol.
Atlético Mineiro, U. Chile, Jaime Lozano (seleccionador olímpico de México), Gerardo Torrado, Edmílson, Luis Amaranto Perea, la Federación de México y de Perú, entre otros, ya han confiado en MBP. Ha ordenado a la perfección la retahíla de los acontecimientos que explican la historia de un proyecto innovador de formación y consultoría en un mundo longevo. En una charla distendida donde rápidamente te das cuenta que no es un día cualquiera, porque siempre es llamativo y reconfortante sentarte frente a quien tiene algo que contarte y que transmite en ello tanta pasión.
P: ¿De dónde surge la idea de crear el proyecto MBP?
R: En 2011, época en la que España tenía mucho éxito, viajamos por trabajo a Sudáfrica y vimos la repercusión que tenía el fútbol español en ese país. Hablando con el resto de socios: Bernabé Nolla, Albert Rudé y Josep Novellas, detectamos ese momento espectacular del fútbol español y del FC Barcelona, que nació de la mano de Pep Guardiola, quién formó un equipo con unos jugadores totalmente diferentes, muy disruptivo de lo que veníamos viendo en el fútbol.
Sentimos que teníamos la oportunidad de exportarlo, de intentar que la gente que quisiera aprender este modelo, pudiera hacerlo. Pensamos en cómo crear un método sencillo de explicar, fácil de aprender y de transmitir. Y lo subimos un poco más. ¿Esto realmente puede cambiar el fútbol?
P: ¿Por dónde se empieza para llevar a cabo algo así?
R: Nos fuimos dando cuenta, probándolo con muchos jugadores de distintos países, que había cosas que se estaban haciendo que nosotros creíamos que se podían mejorar. Por ejemplo, se hablaba mucho de edades y de lo que había que entrenar según las edades. Por ejemplo, cuando entrenábamos en los campus de Canadá venían niños de 8, 10 o 12 años que no tenían nada que ver con los que encontrábamos aquí o en Brasil con la misma edad. Coordinativamente eran distintos, a nivel de entendimiento de juego y de cultura eran totalmente diferentes.
Nos dimos cuenta de que, en vez de hablar de las edades, teníamos que hablar de etapas de entendimiento del juego y lo vinculábamos mucho con esa corriente educativa que también está yendo paralela, que es: adáptate al niño, no intentes que él se adapte a tu clase. Intenta personalizar esa educación.
P: Entonces, ¿creasteis un sistema para darle prioridad a la etapa de entendimiento de juego?
R: Lo que hicimos fue patentar un test de entendimiento de juego, al que llamamos ludológico, que nos permite saber en qué etapa de entendimiento de juego se encuentra el jugador y, a partir de allí, detectar qué contenidos tiene que entrenar. ¿Tiene qué entrenar la conducción, el pase, el regate, el control? O, ¿tiene que entrenar contenidos mucho más asociativos y dirigidos al modelo de juego?
Una vez tengo el test, personalizo qué contenidos debo de entrenar, cómo los debo de entrenar, cuáles son las estrategias didácticas que puedo plantear para que ese jugador aprenda el contenido de la mejor manera posible y cuándo es el mejor momento para hacerlo. Es decir, como ‘profesor’, cómo puedo generar un contexto que al jugador le permita aprender este contenido de forma perfecta, lo más óptima posible.
P: ¿El desarrollo va más allá del fútbol base?
R: Cuando creamos la empresa hace 10 años, vimos que había una necesidad de que realmente podíamos cambiar algo en el fútbol por abajo y por arriba. Por abajo porque podemos dar a los jugadores una educación para que no abandonen el fútbol. Para que, a los 14 años, que hay un abandono brutal al fútbol, no lo dejen. Porque realmente quizá como profesores no le estamos dando los contenidos que necesita para esa etapa. Cuando saltamos a alto rendimiento es ver cómo a un jugador de Primera División le podemos dar aquellos aspectos para que llegue a su máximo nivel.
P: ¿Cuál es vuestra misión?
R: Nosotros estamos aquí por nuestra misión y nos la creemos todos y cada uno de nosotros. Queremos ayudar al fútbol, a través de compartir nuestro método, porque sabemos que los entrenadores y los jugadores mejoran gracias a esta educación. Y hacerlo llegar al máximo número de entrenadores posibles. Lo creemos así porque pensamos que es la herramienta más poderosa para intentar mejorar el fútbol desde la humildad, plantear algo que está totalmente justificado científicamente y que huye de esa parte que es solo empírica. Plantear al entrenador que entrena a niños si realmente lo está haciendo lo mejor que puede.
P: MBP, making better professionals ¿sus siglas son un claro mensaje de lo que pretendéis?
R: 100%. Empezamos por ahí, seguimos con making better players y making better people, porque queremos también convertir buenas personas. También le estamos diciendo a los entrenadores que hay distintos valores que creemos que son importantes.
P: MBP tiene dos pilares: un programa formativo a través de un sistema basado en vuestra propia filosofía y el servicio de consultoría. Acerca del programa formativo, ¿cuáles son las posibilidades de aprendizaje?
R: Tenemos tres bloques: formación en Alto rendimiento, formación en fútbol base y ‘Scouting y Análisis del Juego’.
P: Hay detrás un concepto de comunidad. ¿Significa esto que se crea una red de profesionales de intercambio y que da más oportunidades a impulsar la carrera profesional?
R: Sí. Como comunidad hablamos nuestra lengua, tenemos unos valores similares e intentamos ayudarnos unos a otros. Además, hemos creado un concepto online que apuesta por esto: makingbetterplayers.com. Hay gente que es muy buena pero no tiene nombre, y les va a costar mucho llegar al fútbol profesional. Hemos creado esa web para dar a conocer a esta gente, para intentar fomentar el empleo de analista táctico individual, donde puedas encontrar un perfil de garantías.
Si queremos liderar en el fútbol, lideremos de verdad. No nos podemos quedar solo con dar formación. Vamos a intentar generar puestos de trabajo, vamos a intentar profesionalizarlo lo máximo posible. Pensamos que, si han confiado en nosotros para formarse, ahora nosotros queremos intentar ayudar a generar oportunidades.
P: Además de entrenadores que recurren a esta formación, también son algunos periodistas los que han realizado vuestros cursos. ¿Cómo consideras que los programas formativos potencian a este sector?
R: Creemos que potencian muchísimo porque lo que nos llega es que el público cada vez está más formado. Cada vez hay más personas que entienden más el fútbol, porque ha viralizado mucho el contenido. Cada vez vemos más que los periodistas están diciendo que necesitan formarse porque ven que el fútbol está evolucionando y no quieren descolgarse o quieren tener una visión más analítica. Lo vemos con periodistas de distintos países y grandes cadenas como FOX, ESPN, TUDN, beIN Sports. Se agradece que todos los sectores ayuden a profesionalizar más y que haya cabezas visibles.
P: En relación a la consultoría. ¿Cómo se ayuda a jugadores, clubes y federaciones que recurren a vosotros?
R: En las Federaciones está habiendo una transformación por parte de las Confederaciones, que están exigiendo integrar contenidos. Todos los países que forman esa confederación intentan evolucionar. Nos contratan para que nosotros ofrezcamos nuestro contenido de formación, facilitemos a nuestros profesores para impartir esa formación y que formemos para un futuro, porque un claro objetivo de MBP es que el conocimiento se quede en el país. Nosotros no creemos en ir, formar y cuando se acabe el contrato marcharnos. Tenemos que generar un cultivo de gente preparada que luego pueda dar esas clases.
Con clubes, ya trabajábamos en consultoría específica. Seguimos trabajando en estos proyectos, pero ahora nos piden adaptar la formación al club, que les ayudemos a dejar un legado y a crear su propio método. Es decir, que les ayudemos a desarrollar una forma de trabajo específica que produzca jugadores con una identidad característica del club.
Hemos patentado un sistema denominado IPPM, que se basa en seguir un proceso que empieza por definir la identidad y, a partir de allí, planificar y programar las temporadas de las categorías base y elegir la mejor metodología de entrenamiento.
Trabajamos con los clubes durante 1-2 años para ayudarles a desarrollar su propio método de desarrollo de jugadores y dejarlo reflejado en unos manuales digitalizados que benefician la mecánica del día a día.
Hay jugadores de Primera División que quieren mejorar su rendimiento táctico. Hasta ahora contactaban con nosotros. Ahora, lo que queremos es que contacten a los entrenadores que se han formado en alto rendimiento con nosotros y que incluimos en Making Better Players, porque queremos dar empleo y dar amplitud a esta profesión.
P: ¿Qué significa para ti ‘I am MBP’?
R: Es una forma de vida. Es exigirte que tienes que intentar hacerlo lo mejor posible, que te tienes que desvivir por la gente con la que estás. Tus trabajadores, como es en mi caso, o con tus jugadores, o tu cuerpo técnico. Una forma de actuar y de comportarte.
P: ¿Cómo ve Jaime el futuro?
R: Pues veo que va a depender mucho de la creatividad de los jugadores. La tecnología nos va a dar que pueda estudiarse muy bien a un rival.
Hay un anuncio que siempre lo nombro, que me encanta y todavía sigue vigente. Un anuncio de Nike para el Mundial, donde se enfrentaban robots vs jugadores. El fútbol va a evolucionar hacia la tecnología, se va a robotizar mucho. Y eso va a provocar que en la función del entrenador tenga mucha importancia su capacidad para ayudar a incrementar la creatividad del jugador.
El fútbol va hacia la adaptación.
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