«Al final de temporada, lucharemos por el ascenso». Una afirmación que a cualquier aficionado azulón, a 25 de septiembre de 2016, le hubiera resultado disparatada y anhelada a partes iguales. Y es que, tras siete jornadas, el Getafe se encontraba situado en penúltima posición de la tabla, a un punto de la salvación, a cinco del playoff y a ocho del ascenso directo. Aún así, no eran los números lo más preocupante para el equipo que hasta ese momento dirigía Juan Eduardo Esnaider. Lo peor eran las sensaciones desprendidas del juego de un conjunto recién descendido que no parecía acostumbrarse a la categoría. La derrota ante el Girona fue el punto de inflexión para una transformación absoluta y un cambio de dirección hacia la cumbre.
El técnico argentino era destituido tras aquel partido. El nombre de su relevo, sinónimo de acierto: José Bordalás. Cuatro ascensos a diferentes categorías adornan la carrera del técnico alincantino, profeta en su tierra, en la que consiguió dos de sus ascensos. Su última proeza, ascender al Alavés a Primera División la pasada temporada, aunque su sello ha ido siempre mucho más allá de lo que la tabla clasificatoria termina reflejando para sus equipos. Un técnico marcado por la etiqueta de convertir a sus equipos en duros, en clara confusión con el carácter competitivo con el que impregna a sus plantillas.
Una vez más, Bordalás ha mejorado el rendimiento del equipo al que dirige. Mientras con Esnaider el Getafe sumaba una victoria, tres empates y tres derrotas, los números con el técnico alicantino han mejorado considerablemente tras 30 encuentros con el entrenador nacido en Alicante. El Getafe ha logrado vencer 15 encuentros, empatando 10 y cosechando únicamente cinco derrotas, con 41 goles a favor por sólo 27 en contra. 55 puntos en total que sumados a los seis logrados en las primeras jornadas alcanzan los 61 puntos en total para colocarse en tercera posición de la tabla, con un colchón de seis puntos para disputar el playoff y sin perder aún de vista el ascenso directo.
Unos números, un rendimiento, que ha despertado y enganchado a la afición azulona a su equipo, una hinchada que se acostumbró a ver a su equipo en Primera y llegó a creer que aquello era lo normal, sin reparar en que no ha sido ésta la categoría habitual de su equipo y olvidando la dificultad de conseguir establecerse en la élite del fútbol español. Ahora, la afición del Getafe vuelve a llenar el Coliseum. La marea azulona está ilusionada con el equipo, con el proyecto, con el club. Un club en el que Alberto Heras es el Director de Marketing desde hace tres temporadas, mostrando una gran ilusión en el proyecto, modernizando al club en el ámbito digital y llevando a cabo una serie de acciones encaminadas a mejorar la relación de la entidad con todos los estamentos e instituciones de la ciudad. Creando un plan de cohesión a la altura de un club moderno, acercando al Getafe a sus aficionados a través de acciones promocionales, de mensajes de cercanía hacia los más jóvenes y de unos planes de precios más accesibles y acordes a los tiempos que vivimos.
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Y así, con pasos cortos pero firmes, el Getafe vuelve a estar cerca de su afición. Un Coliseum vacío en Primera División, deprimente para cualquier amante del fútbol que se precie, ha dado paso a un estadio prácticamente lleno de aficionados en las últimas jornadas. De aficionados ilusionados, de azulones que disfrutan con su equipo y que sueñan con volver a su equipo en Primera. Los cimientos, ahora sí, son muy consistentes. Getafe C.F. y la ciudad de Getafe van, por fin, cogidos de la mano, caminando hacia un sueño que se atisba en el horizonte: el retorno del Getafe a la máxima categoría del fútbol español.