Ellas marcan la diferencia

El crecimiento del fútbol femenino es, afortunadamente, una constante en nuestro país. Desde hace unos años, no resulta tan extraño oír conversaciones de lunes en las que se habla de “la gran jugada” de, por un suponer, Jennifer Hermoso, o “el golazo” de, por otro suponer, Charlyn Corral. Tampoco choca ver estadios abarrotados de aficionados que acuden al campo a apoyar a su equipo de fútbol… femenino. ¡Una absoluta maravilla! Si bien es cierto, aún queda camino por andar para alcanzar esa ansiada igualdad de la que todos hablamos (no sólo en el deporte rey sino a todos los niveles de nuestra sociedad). Sin embargo, pequeños pero poderosos pasos se están dando a diario para romper toda extrañeza al hablar de fútbol femenino y considerarlo una disciplina de élite más, a la altura de cualquiera de las practicadas por hombres.

Así pues, uno de esos pasos, que ya se dio el año anterior y en este 2018 se vuelve a repetir, son los Premios Marca de fútbol femenino. Una segunda edición de unos galardones en los que se celebra el deporte rey y, cómo no, el trabajo de estas mujeres a lo largo de la temporada. Con un tono reivindicativo, siempre en el buen sentido y con mensaje positivo y constructivo, y de ensalzamiento de la labor de las futbolistas, los técnicos, clubes, árbitros y demás instituciones involucradas en el crecimiento de este deporte, la gala contó con la presencia de grandes autoridades institucionales de este deporte. No debería sorprendernos, pero así es.

Desde Luis Rubiales, presidente de la Federación Española, hasta Javier Tebas, presidente de La Liga, pasando por Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español, o Ana Muñoz, vicepresidenta de Integridad de la RFEF, todos estuvieron presentes en una noche mágica para el fútbol femenino español. Junto a ellos, y presidiendo el acto, María José Rienda, reciente máxima autoridad del Consejo Superior de Deportes y secretaria de Estado para el Deporte, ofreció un speech de agradecimiento y aliento al trabajo desempeñado por todos los estamentos y clubes de fútbol femenino: “Estamos de enhorabuena. Estáis haciendo historia (...) Estamos en lo más alto del fútbol mundial. Agradecer a la Liga, a la Federación, a los medios de comunicación, a las empresas… porque todos trabajamos en equipo para seguir haciendo grande el deporte femenino (…) Con esta gran gala seguimos creciendo hacia la igualdad.”

Unas palabras con las que se cerró un acto en el se concedieron nueve galardones. Nueve premios para nueve protagonistas entre los que destacaron los colores rojiblanco y azulgrana. Por parte del club culé, Sandra Paños se hizo con el premio Zamora (tras encajar sólo 11 goles en 27 partidos disputados) y su delantera Lieke Martens se llevó el trofeo al mejor gol del curso (el anotado al Athletic de Bilbao en la jornada número cinco de la competición liguera). Por su parte, el Atlético de Madrid celebró el galardón de Ángela Sosa como MVP de la temporada y el de la mexicana Kenti Robles como mejor jugadora iberoamericana. Junto a ellas, la joven Irene Guerrero (Betis) se hizo con el premio a jugadora revelación e Irene Paredes, futbolista internacional del PSG, obtuvo el de mejor jugadora de la selección española.

Como colofón, la también mexicana Charlyn Corral rompió con la hegemonía de Atlético de Madrid y Barcelona, y puso el toque levantino para llevarse el trofeo pichichi gracias a los 24 tantos anotados en la pasada campaña. Finalmente, Marta Huerta recibiría el galardón a mejor árbitro y Toni Ayala, técnico del Granadilla Egatesa, se haría con el premio a mejor entrenador.

Una gala, por tanto, de ensalzamiento del fútbol femenino. De búsqueda de la igualdad. De celebración del trabajo bien hecho. De reconocimiento del esfuerzo de unas jugadoras, técnicos y equipos que pelean y se dejan la piel cada fin de semana. Una noche para festejar que el fútbol femenino tiene presencia y, cómo no, para gritar a los cuatro vientos que son ellas, las mujeres, las que ‘marcan’ la diferencia en este deporte.