Dentro de la propia ciclotimia en la que vive constantemente el Real Madrid hay un contexto que ayuda a rebajar los clásicos nervios de la parroquia blanca. Aunque sea un poco. Los merengues empiezan a pisar su terreno favorito, el de las fases finales de la Champions League, en el momento en el que recuperan una de sus mejores armas de doble filo. Ya está aquí Fede Valverde: por un lado fino estilista y por el otro, simplemente, uruguayo. Qué más se puede pedir.
Tener a un futbolista que proviene de ese pequeño enclave entre Argentina, Brasil y el Atlántico es absolutamente primordial para triunfar en el mundo del fútbol. Parecido, por supuesto, a la gomina para Josep Pedrerol o Pedja Mijatovic. Es muy recomendable. El canterano de Peñarol es uno de esos jugadores que pueden emplear distintas funciones, a veces muchas a la vez, sin que su peinado sufra variaciones. Cuando empezó a despuntar en la élite, justo en el momento de su famosa entrada a Álvaro Morata, todos concluimos que su lugar iba a ser el de interior en un 4-3-3. Sin embargo, el nivel del ínclito Luka Modric le ha desplazado al costado derecho. No es mala idea.
En el flanco, aunque no sea su encaje favorito, ha elevado el nivel del cuadro capitalino. No era difícil, vista la inacabable lista de partes médicos que saca la cuenta oficial del Real Madrid prácticamente cada semana, pero hay que estar ahí. Además, cuenta con la ventaja de ser un perfil único en la plantilla de Zinedine Zidane: es uno de los pocos llegadores que poseen altura y piernas para ser rematador de los clásicos centros que han llevado a los merengues a sumar triunfos para la posteridad. Por ello, ahora que parece que se recuperará de la recaída en el parón de selecciones, su participación se antoja clave en la lucha por LaLiga y la eliminatoria de Champions League ante el Liverpool.
Si Coach Carter echara la vista atrás solo cambiaría una cosa: ficharía a un tipo de Uruguay para aumentar las opciones de triunfo. Incluso en la ‘Vida de Brian‘, en el portal de Belén, no hubiera estado mal tener a Valverde para maltratar a esos romanos que nunca hicieron nada por nosotros. Ante los ingleses, ante el FC Barcelona o ante el Eibar es necesario tener a alguien como ‘el pajarito’. Nadie en su sano juicio renegaría de él.
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