Cuando todo el mundo esperaba verle en la Serie A, acompañando a Zlatan Ibrahimovic en el AC Milan, o en el FC Barcelona, club en el que se formó hasta salir rumbo a Croacia, Dani Olmo se convirtió estos días en una de las grandes sorpresas del mercado invernal, al hacerse oficial su contratación por el RB Leipzig hasta junio de 2024. Y es que, junto a Erling Braut Haaland, el español era el más apetecible de todo lo que se iba a mover en este mes de enero y, casualmente, ambos acabaron en la Bundesliga.
Olmo es de esos jugadores distintos que, a
pesar de ser joven (no ha cumplido aún los 22 años), tiene alma de líder. El
Dinamo Zagreb apostó por él, estando en la cantera del Barça, con la intención
de hacer de él la mayor venta del fútbol croata. No tardó mucho en aparecer en
el primer equipo y, poco a poco, se fue afianzando hasta llegar, incluso, a
jugar en la actual edición de la Liga de Campeones, a las órdenes de Nenad
Bjelica, ex jugador, en su día, de Real Betis, Albacete y UD Las Palmas.
Aquella intención que tenía el presidente del Dinamo al ficharle, se ha cumplido, dejando atrás cuatro Ligas, tres Copas y una Supercopa, siendo nombrado Mejor Joven y Mejor Jugador de la competición. Todo eso, decimos, sin haber llegado aún a los 22 años. Ahora se le presenta la oportunidad de poder jugar en una de las grandes ligas, con uno de los equipos más de moda del momento. Dani Olmo ficha por un club que apuesta por los jóvenes y les da responsabilidad, en un momento en el que la situación es inmejorable, liderando la Liga, avanzando en Copa y con una eliminatoria frente al Tottenham Hotspur de Mourinho en el horizonte.
¿Qué puede aportar Dani Olmo al juego rápido del RB Leipzig de Julian Nagelsmann? Principalmente, calidad e imaginación, asistencias y goles. Si hay algo que caracteriza al actual proyecto del conjunto alemán de la Red Bull eso es, sin duda, su ataque. Cuenta con futbolistas desequilibrantes y delanteros con mucha capacidad goleadora a los que la llegada del futbolista español les daría un plus que pocos jugadores más podrían darle. Se puede crear una asociación ahí entre Olmo y Werner, capaz de hacer temblar cualquier defensa. Y si encima están protegidos por gente como Sabitzer, Nkunku, Poulsen, etc, pues mejor.
Se han alineado los astros. Dani salió de un club como el FC Barcelona con 16 años, pero no eligió un destino cómodo, como podía ser el fútbol inglés, como hicieron en su día Cesc Fábregas o Fran Mérida. Olmo eligió Croacia y, por suerte, la jugada le salió bien. La confianza que depositaron en él y su calidad le llevaron a superar el reto y, ahora, aceptar uno mayor, en el club perfecto. Leipzig es el mejor escalón previo para un joven si quiere llegar a una cota mayor.
Es su momento. Ganar el Europeo Sub21 liderando a la selección española el pasado verano fue ya un aviso. Incluso, de la mano de Robert Moreno, tuvo el privilegio de debutar con la selección absoluta, marcando en el día de su estreno. Ahora falta ver si tiene continuidad o no, pero para eso le sirve un escaparate tan grande como el de la Bundesliga. La última palabra de que esté o no en la Eurocopa la tiene Luis Enrique, pero los argumentos los debe aportar el propio Dani Olmo y, precisamente, si hay algo que le sobra, son argumentos.
Ahora habrá que ver donde le coloca Nagelsmann. En su esquema de 1-4-2-2-2, Olmo podría acompañar a Werner, jugando como un segundo punta, haciéndole competencia a Schick y a Poulsen. En las otras posiciones, que ahora mismo ocupa Nkunku o Sabitzer, que prácticamente se han adueñado de dichas posiciones, será más difícil. Veremos si el técnico hace, incluso, un cambio de esquema para encajar la pieza nueva sin desestabilizar mucho las otras. Hay que darle tiempo de adaptación, pero lo que es seguro, como ya se ha dicho, que no hay mejor plaza que la del actual líder de la Bundesliga para seguir creciendo y, quien sabe, aumentar su palmarés, prestigio y valor.
Qué lejos queda aquel año en el que decidió hacer las maletas rumbo a un lugar desconocido en el que se la jugaron todo por él, confiando en que todo saldría según lo previsto. No hubo dudas, aunque en algún momento pudo haberse ido todo al traste o la historia hubiera cambiado, si esa confianza se hubiera deteriorado, pero no fue así. La experiencia de Dani Olmo demuestra que el fútbol, si no te sonríe en un lado, puede mostrarte la felicidad en otro. Que no hay un único posible destino para poder dar el paso y acabar entre los mejores. El paso complicado de Dani fue Croacia, pero lo complicado se convirtió en una bendición para su meteórica y prometedora carrera, que ha dado un paso de gigante en los últimos meses.
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