El fútbol es una pasión muchas veces descontrolada, una
expresión exagerada de amor hacia unos colores. Desde hace unos años, el
aficionado sevillista vive en la más absoluta locura por su equipo, al que acompaña
por todos los rincones del planeta. Y es que el conjunto sevillista no sólo ha
crecido deportivamente en los últimos años, sino que su progresión ha ido
estrechamente ligada al de una hinchada que desata pasiones por todo el mundo.
El éxtasis de Manchester
El Sevilla llegaba a Old Trafford para enfrentarse a un
gigante de Europa por un puesto en los cuartos de final de la Liga de
Campeones. Las casas de apuestas dejaban al conjunto sevillista en un segundo
plano, pero no contaban con un Sevilla siempre inspirado en las grandes citas y
con las ganas y la ilusión de los 2.000 sevillistas desplazados a Manchester.
Si el repaso futbolístico sobre el césped fue tremendo, lo
de la grada fue de puerta grande. El recital de la afición sevillista en el
Teatro de los Sueños será difícil de olvidar por los allí presentes y por el
mundo del fútbol en general, hecho que terminó de desatar los halagos y elogios
de aficionados rivales, que han mostrado su admiración en redes sociales.
Poco importó el frío, mucho menos la timidez del equipo en
la primera mitad, ni tan siquiera los sustos ofensivos del United. Lo único que
importaba era el Sevilla, el equipo que les permitió disfrutar de la enésima
noche para el recuerdo.
Siguiente capítulo,
Múnich.
Un nuevo reto se presenta ante el Sevilla FC, sobrepasar la
barrera de los cuartos de final de la mayor competición continental. Para ello
tendrá que tumbar a otro ‘Goliat’ de Europa, el Bayern de Múnich.
El conjunto sevillista deberá tirar de épica una vez más
para vencer a todo un Bayern, y para eso cuenta con el incondicional apoyo de
la afición.
Nervión lucirá sus mejores galas para convertir el Ramón
Sánchez-Pizjuán en una caldera. El objetivo es que el coliseo nervionense reviente
y haga sentir que el Bayern que no tiene ninguna opción de pasar desde antes de
que comience el partido. El Sevilla ha hecho un llamamiento a la grada y la
afición ha comenzado a responder.
El partido de ida será primordial para determinar las
opciones del Sevilla en la eliminatoria, pero esta afición no entiende de
resultados, sino de sentimientos. Esta semana se han podido ver largas colas
para hacerse con una de las 4.000 entradas del partido de vuelta, y es que pocos
quieren perderse el partido que su equipo jugará dentro de tres semanas ante el
Bayern Múnich en el Allianz Arena, uno de los santuarios del fútbol
continental, en la Liga de Campeones.
Otra final a la vista
El Sevilla redondeará un intenso mes de abril con una nueva
final de Copa del Rey ante el FC Barcelona.
Es inevitable recordar la última final de Copa entre ambos
equipos, dónde el equipo rojiblanco hincó la rodilla ante los blaugranas en el
Vicente Calderón. Pero si nos remontamos un poco más en el pasado, allá por el
año 2007, recordamos la final de Copa en la que venció el Sevilla al Getafe por
1-0 con gol de Frederic Kanouté.
Aquella final en la capital de España es recordada, sobre
todo, por el espectacular desplazamiento de sevillistas. Fue uno de los mayores
en la historia del fútbol nacional. La movilización que protagonizó el
sevillismo acaparó portadas y sorprendió a los propios vecinos madrileños. Fueron
en total 85.000 los sevillistas que invadieron la capital de España, un
desplazamiento por entonces sin precedentes en el deporte patrio. ¿Será la
afición sevillista capaz de superar estas cifras?
La familia roja y blanca del Sánchez Pizjuan, es un corazón
que late gritando Sevilla y que lo lleva en volandas por siempre a ganar.
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