El centrocampista francés del Arsenal, Mathieu Flamini, ha guardado para sí mismo un secreto que podría revolucionar el mundo de la energía en los próximos años, ha sido capaz durante los últimos siete años de su vida de ocultar su gran secreto a su familia, a sus amigos y a sus compañeros de equipo en Londres y Milán.
En una entrevista concedida a SunSport, el francés detalla cómo surgió una idea que podría revolucionar la industria energética. Acostumbrado en poner intensidad y orden en el centro del campo del Arsenal, llevó a Caserta su idea revolucionaria. En la ciudad de Campania creó su compañia GF Biochemicals junto a su amigo y socio, Pasquale Granata un consumado financiero. En la planta bioquímica de Caserta, el francés cuenta con una plantilla de 80 trabajadores.
Tras una inversión de millones, de tiempo de investigación y de ensayos, GF Biochemicals ha anunciado durante la pasada semana que su empresa se había convertido en la primera empresa del mundo en producir ácido levulínico, una forma de combustible que puede sustituir al petróleo en todas sus formas. El ácido levulínico se puede utilizar en la creación de nuevos biocombustibles para automóviles y viviendas, productos farmaceúticos, cosméticos, plásticos e incluso como conservador de alimentos. El ácido levulínico es una molécula que tenía el potencial de sustituir la gasolina en todas sus formas.
Mathieu Flamini y Pasquale Granata fundadores de FG Biochemicals
La historia de Flamini y su innovadora empresa surgió en 2008 cuando el centrocampista dejó el Arsenal para fichar por el AC Milan, forjó una gran amistad con su ahora socio, Pasquale Granata, juntos compartieron su preocupación por el estado del medio ambiente y con las ideas de Pasquale, y el apoyo monetario de Mathieu pudieron financiar las caras investigaciones y encontrar, equipar y desarrollar la planta de Caserta. Esta fábrica se iba a llamar «Green Futures» pero por indisponibilidad de ese nombre, se pasó a GF Biochemicals, la GF no significa otra cosa que las iniciales de sus dos creadores, Granata – Flamini.
Flamini, en palabras suyas, muestra un gran compromiso con la naturaleza y una profunda preocupación por el desgaste que está sufriendo el medio ambiente durante las últimas décadas, con el calentamiento global y el cambio climático. Ambos socios pensaron en desarrollar a escala industrial el ácido levulínico, fue ahí donde se iniciaron los largos periodos de investigación y de adaptación de la planta para la producción en masa de esta sustancia y pulir día tras día los resultados obtenidos. Fue este verano cuando la empresa comenzó a crear ácido levulínico a partir de residuos de madera y de maíz. El propio Flamini se muestra orgulloso de su obra y de dar trabajo a una planta de 80 personas, y de otras 300 más en los laboratorios y oficinas que la empresa ha creado en Milán y Holanda, además, en los próximos meses abrirán un nuevo centro en Estados Unidos.
Además del compromiso medioambiental del jugador, Flamini reconoce que comenzó a pensar en su futuro cuando cuelgue las botas, arriesgó gran parte de sus ganancias como jugador para invertirlo en un proyecto pionero con un gran riesgo de fracaso. Como el propio Mathieu ha comentado, «cuando creas un proyecto, se trata de creer a cada minuto que es el proyecto adecuado«. La familia Flamini no conocía el proyecto de Mathieu hasta hace un año cuando la empresa ya comenzó a realizar sus primeras pruebas positivas, sus compañeros del Milan y del Arsenal se han enterado esta semana con el anuncio de la empresa. Mathieu Flamini ha hecho historia, ha logrado que muy pronto haya alternativa al oro negro.