Él es Omar Abdulrahman, uno de los jugadores más destacados de la pasada Copa Asiática celebrada en Australia. Uno de los periodistas encargados de comentar dicho torneo para la televisión dijo de él: “Parece David Luiz, pero juega como David Silva”. Su selección UAE (Emiratos Árabes Unidos), que no su país natal –que es Arabia Saudita-, se quedó a tan solo un paso de llegar a la final, pues perdió en semifinales ante la campeona Australia. A pesar de no conseguir ese paso a la final, obtuvo la medalla de bronce al ganar a Irak en el partido por el tercer puesto. El gran torneo de UAE fue en gran medida gracias a su estrella: Omar Abdulrahman.
Este joven mediapunta o extremo creador de juego milita en las filas del Al-Ain FC, el club en el cual debutó profesionalmente. Curioso que siga allí con el tan alto potencial que tiene. Es un jugador joven (24), aunque el tiempo pasa y no debería de demorar mucho su salida de los Emiratos Árabes. En el Al-Ain sirve asistencias al holandés Ryan Babel y al nigeriano Emenike. Anteriormente le sirvió goles al ghanés Asamoah Gyan, antes que este verano el killer de las estrellas negras se fuera a China.
A Abdulrahman lo podremos encontrar en tres cuartos de campo, manejando la pelota con una exquisitez técnica y con un talento innato. Su zurda es oro, su visión diamante, y la combinación de estas forma a uno de los mayores talentos del fútbol árabe. De sus pies han salido (y saldrán) asistencias milimétricas irrealizable para muchísimos otros, gracias a la calidad que tiene y la visión de juego.
Además, a Omar es un jugador que da gusto verlo por la elegancia con la que trata el balón y la capacidad asociativa que tiene, que es brillante. Para nada es un jugador individualista, aunque es un jugador con osadía y desparpajo, es decir, se atreve a probar pases, controles o regates arriesgados. Un jugador como él, que maneja a la perfección el trato de balón, es uno de esos jugadores por los que vale la pena pagar la entrada de un partido.
Eso sí, y esto es más un deseo, esperemos que dé el salto más pronto que tarde, porque tiene una edad idónea (24) para comenzar a destacar en algún club europeo. No tiene por qué ser uno de los más laureados, pero sí podría darnos muchas alegrías en un equipo de “segundo nivel”. Esperemos que este deseo se haga realidad y todos podamos disfrutar de Omar Abdulrahman en el Viejo Continente. Nos lo merecemos, lo merece.