Vaya noche la de ayer, no sé ni por donde empezar. El Camp Nou fue testigo de un partidazo que bien podría ser una ronda avanzada de Champions, pero por cosas de la vida es dieciseisavos de Europa League. Triste pero cierto, a ver si la vida deja de hacer cosas… Barcelona y Manchester United se enfrentaron en una potencial final anticipada -anticipadísima- de Europa League, aunque sin olvidarnos del Arsenal. Sin duda, los tres mejores equipos que siguen vivos en la competición, aunque no por mucho tiempo.
El Manchester United, con varias bajas, visitó el templo blaugrana con dos nombres propios clave: Erik Ten Hag y Marcus Rashford. El trabajo que ha hecho Ten Hag con este equipo es fascinante, pasando de ser un equipo prácticamente muerto que bien podría estar como Liverpool y Chelsea en mitad de tabla de la Premier, a ser uno de los equipos más en forma del momento y tener opciones reales de pelear el título de liga. Por su parte, Rashford está completando su mejor temporada como futbolista profesional. Si bien antes ya estaba bien, después de la Copa del Mundo parece otro, anotando partido tras partido -lleva 14 goles en 16 partidos después del Mundial-.
Por su parte, el Barça también llegaba con bajas importantes como son Busquets y Dembélé. Bajas a las que le hay que sumar la lesión de Pedri poco antes del descanso, otra baja capital que se notará muchísimo, no solo en el partido de vuelta sino en los encuentros de liga que se perderá, así como en la ida de las semifinales de Copa del Rey en el Bernabéu, a la que no llegará casi con toda certeza. Según se rumorea, el objetivo es estar listo para el Clásico del 19 de marzo (partido de liga en el Camp Nou).
Adentrándonos en los 90 minutos, Marcos Alonso ocupó el sitio de Christensen en el central y anotó el primero del partido, de cabeza tras un saque de córner. Todos nos alegramos por él pues recientemente perdió a su padre, otra leyenda del fútbol español, y así pudo dedicárselo. Poco duró la alegría culé pues tan solo dos minutos después Rashford anotó el empate. Ter Stegen se volvió a vestir de héroe y salvó más de una ocasión clara, pero en este caso es el señalado pues no cubrió bien el primer palo. Por si fuera poco, los ‘red devils’ aprovecharon el subidón para anotar el 1-2 tan solo siete minutos después del anterior. Otra buena jugada de Rashford que terminó en autogol de Koundé.
A partir de entonces el Barça comenzó a bailar en la cuerda floja. Tuvo unos minutos en los que perfectamente pudo llegar el 1-3, casi siempre por errores no forzados, errores en la entrega, malos controles… Un desastre. Por suerte para Xavi, los suyos lograron superarlo sin más daños, aunque todavía no sabemos cómo. Es más, no solo no encajaron el tercero sino que lograron empatarlo. En el 76′, un centro de Raphinha en busca de Lewandowski terminó entrando sin que nadie lo tocase y puso el 2-2. Un empate que no contenta a nadie: el Barça deberá resolver la eliminatoria en Old Trafford sin Pedri (lesionado) y sin Gavi (acumulación de amarillas), además de Dembélé. Veremos si llega Busquets. Por su parte, el United pudo dejarlo todo encarrilado anotando el tercero pero no lo logró. Ya lo dijo Rashford en el post partido, «empate que sabe a derrota».
Por suerte para nosotros, la eliminatoria se va completamente abierta al partido de vuelta por lo que seguramente nos espere otro auténtico partidazo como el de anoche. Con la sensación de que este enfrentamiento se da muy temprano en la temporada, toca esperar una semana para saber quién avanza a octavos y quién se queda por el camino. No preparéis las palomitas todavía que se quedarán frías, pero tenedlas a mano.
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