Las expectativas pueden ser un gran enemigo para los deportistas. Inmediatamente cuentan con la presión de tener que llegar a lo que se presupone que deben ser. El resultado es que, cuando un jugador no cumple con lo que se esperaba de él, se le suele tildar de fracaso. Pese a que no tenga porque significar ser un mal jugador o haber tenido una mala carrera deportiva. Un caso que llama la atención es el de Ricky Rubio.
El base de Masnou ha tenido una carrera meteórica, siendo desde muy joven una estrella. Muchos aficionados del baloncesto lo veían como la nueva esperanza nacional. Lo cierto es que su precocidad y su estilo desenfadado en el parqué hacían presagiar un futuro prometedor. Mostraba unas habilidades excepcionales, además de inteligencia durante el juego. Tras su excelente irrupción en el DKV, llegó al Barcelona para tratar de dar un paso al frente en su juego. El primer año fue seleccionado como el mejor base de la liga ACB y se convirtió en el jugador más joven en alzarse con la Euroliga.
En el Barcelona estuvo durante dos temporadas, donde consiguió ganarlo casi todo. Contando con 21 años, decide dar el gran salto a la mejor liga del mundo. Fue elegido en quinta posición por Minnesota Timberwolves. Llegó con la vitola de joven estrella, el jugador que podía cambiar el curso de una franquicia estancada en la derrota. Sus inicios fueron prometedores, con un baloncesto del que encanta al público, con asistencias de lujo y jugadas dignas de los top 10 highlights. Durante su primera temporada incluso ganó un premio a mejor Rookie del mes y estaba en las quinielas para el mejor Rookie del año. Sin embargo, una lesión de ligamentos en su rodilla izquierda acabaría por cerrar su buena primera temporada.
Su segunda temporada rayó a un nivel parecido a la primera, también lastrado por la lesión. Mientras, ya en la tercera, llegó a disputar 82 partidos físicamente sano. En lo que iba a ser su cuarta temporada, se esperaba un salto en el nivel de Rubio. Además, tras la salida de Kevin Love del equipo, el base catalán pasaba a ser, por contrato, el jugador franquicia del equipo. Por desgracia, esta temporada apenas puede mostrar su nivel, tras otra desafortunada lesión. Mientras que en la siguiente, ya recuperado, continúa con un nivel similar, sin acabar de despegar.
Es aquí donde, poco a poco, cada vez entran más críticas. Muchas aficionados consideran que Ricky lleva ya varias temporadas en la NBA pero su juego no parece mejorar. Además, con el nuevo rol dentro del equipo se esperaba una mayor aportación en otros aspectos del juego. Sobre todo en el ofensivo. Ricky arrastra problemas con el tiro exterior desde hace tiempo y que no ha sabido solventar, pese a entrenarse a fondo para ello. Ha llegado el punto en el que varios equipos le flotan esperando a que tire y falle.
Por su estilo de juego y sus características, Ricky Rubio siempre ha sido considerado como un jugador propicio para triunfar en la liga americana. Es decir, llegar a ser un jugador importante. Sin embargo, para muchos, el base no ha llegado, y se pierden las esperanzas de que pueda hacerlo, a ser todo lo importante que podría haber sido. Las expectativas eran muy altas y la decepción de algunos aficionados ha llevado a las críticas contra el jugador.
Sí bien es cierto que, por tipo de contrato, se espera que Rubio tenga un peso más importante en el equipo, que sea un factor diferenciador, eso no significa que su rendimiento sea malo. El base catalán es un jugador capaz y válido para la NBA, por nivel defensivo, visión de juego e inteligencia. Sufre carencias ofensivas a la hora de aportar puntos, pero es un jugador que sabe elegir buenas situaciones para sus compañeros. Con él en el campo, Minnesota ha demostrado mejor nivel que sin él, sabe hacer mejores a sus compañeros. El talento ya lo tiene, pero la confianza en su tiro parece haber hecho demasiada mella. También habría que tener en cuenta que Ricky nunca ha destacado en sus equipos por conseguir grandes cifras anotadoras, sino por ser un jugador intenso en defensa y con gran facilidad para el pase.
La presión y las elevadas expectativas que se pusieron a hombros de Ricky desde muy joven están pasándole factura. Es un caso a la inversa de lo que ocurrió con jugadores como Pau Gasol, Marc Gasol o José Manuel Calderón. Los tres dieron el salto, pero muy pocos pensaban que tendrían un rendimiento, cada uno a su manera, tan bueno como el que han tenido finalmente. Superaron sus expectativas, con lo que se ganaron el favor de los aficionados. En cambio, de Ricky se esperaba que se convirtiera en uno de los mejores bases de la liga. Lo cierto es que no lo es, pero sí es un buen base titular para un equipo NBA y su trayectoria dentro de la liga es loable. Es un buen jugador, capaz de tener un hueco en la mejor liga del mundo, aunque a veces sea criticado por algo que él no puede controlar. Las expectativas.
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