Hacía 14 años que el Barça no ganaba el título de Liga. Cada año la frustración era mayor, y la mirada del culé respiraba resignación y tristeza de ver a un equipo tan grande en un cuerpo tan pequeño.
Al Barça le faltaba un líder, alguien que devolviera la confianza y supiera levantar el ánimo y remontar el vuelo. Ese era Johan Cruyff. Con 26 años y tres Copas de Europa bajo el brazo, el holandés fichó por el club azulgrana tras declararse en rebeldía con el Ajax al aceptar una oferta del Real Madrid. Fue una de esas decisiones que desnivelaron la balanza para siempre.
Y es que Johan, que llegó a un equipo que marchaba penúltimo, marcó un doblete en su debut y puso los cimientos que convertirían a los culés en el mejor equipo de España, logrando la novena liga de su historia jugando a un fútbol colosal. Desde que llegó Cruyff, los azulgranas no perdieron ni un solo partido aquella temporada.
Pero el partido que más se recuerda fue, sin duda, aquel 0-5 a los blancos en el mismísimo Santiago Bernabéu. Liderado por Johan, el Barça pasó por encima del Madrid en una de las victorias más impresionantes de la historia de los Clásicos y que dejó huella para siempre. Cruyff marcó el segundo tanto -golazo- y asistió en el quinto, además de jugar en todas las posiciones del campo posibles en una noche que ningún culé olvidará. Fue el día que cambió la rivalidad Barça-Madrid para siempre.
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