Los árbitros son un tema recurrente en la historia del fútbol, el muñeco del pim, pam pum, cuando un equipo se siente perjudicado. Esto no es nuevo, fue, es y será así. Todos los tiempos verbales nos sirven para valorar el tema. Pero es muy peligroso, y hay que ir al grano, que sean los equipos a través de sus cauces oficiales, en este caso sus cuentas de twitter, los que se quejen amargamente de un arbitraje, incluso utilizando palabras gruesas y de mal gusto.
Los jugadores y entrenadores tienen la disculpa de estar a muchas revoluciones y ser parte implicada en un partido, al igual que el árbitro y sus asistentes. La queja institucional posterior, a través de una red social es intolerable y además un caldo de cultivo muy peligroso. En la deriva hacia el forofismo en el que vive instalado el fútbol a todos sus niveles, clubes, afición y prensa, que sean los clubes los que adopten esta postura creo que es lo más preocupante de todo.
Y no hay que confundir las cosas. No se puede perder el pique sano, la rivalidad y la pasión, porque sin eso el fútbol no existiría, pero hay que apelar a la responsabilidad de cada uno y aunque un club no sea el responsable directo de una supuesta barbaridad que un día pueda cometer un individuo, tampoco debe darle argumentos ni armarle de supuestas razones.
Es evidente que la intención del club de turno no es hacerlo, pero por desgracia y en las redes sociales, en twitter especialmente, lo vemos todos los días. La violencia verbal y el fanatismo que rodea al fútbol va en aumento. Por supuesto que los periodistas también tenemos una responsabilidad que ante todo debe ejercer cada uno consigo mismo y a través del medio que representa.
Una decisión arbitral puede condicionar el resultado de un partido, por supuesto. Pero en una Liga de 38 jornadas, cada equipo termina en el puesto que merece en la clasificación. Y eso también fue, es y será así. En el fútbol encuentras casi todas las respuestas para explicar el rendimiento de un equipo.
No hay que confundir esto. Por supuesto que la rivalidad y la pasión no deben desaparecer nunca, pero entramos en un terreno muy peligroso si los clubes también se manifiestan por escrito y con según qué palabras, en una red social. Lo que sucede en las redes sociales a diario en torno al fútbol es preocupante. Y esto no es de hoy, es desde hace mucho tiempo.
El problema no es del fútbol en sí, es social y muy complejo, pero lo que no debe hacer el fútbol y la gente que tiene la capacidad de llegar una gran masa social, es fomentarlo. Hay árbitros mejores, peores y regulares. Y a todos sin excepción les podemos encontrar aciertos y errores con todos los equipos.
Esto es un debate eterno y que no tuvo, tiene, ni tendrá solución, pero hay ciertas líneas que no se deben traspasar. Puede sonar a palabras huecas, pero no lo son. El VAR por desgracia no ha contribuido como se esperaba a la hora de aclarar determinadas jugadas, y ahora la suspicacia se multiplica por varios. Pero con una simple reflexión de un minuto y con ganas de hacerlo de verdad, se llega a la conclusión que hay aciertos y errores para todos.
Los que no deben equivocarse y menos en frío, son los que tienen la responsabilidad y el privilegio de llegar a la gente. Eso sí es grave. Cuidemos y disfrutemos el fútbol.
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