Si el Newcastle disfruta de 11 puntos y alguna que otra victoria a estas alturas de la temporada y puede mirar por encima a más rivales de los que debería merecer por las sensaciones dadas hasta la fecha es sin duda por la gran actuación de un actor secundario que nadie esperaba. Su portero suplente, Karl Darlow, se sitúa ya tras el primer tramo de temporada disputada no solo como el mejor jugador del equipo, sino como uno de los guardametas en mejor forma del campeonato.
Es el Newcastle el equipo que más disparos y ocasiones concede, a la vez que el que menos ejecuta. Es el equipo más frágil en defensa y más vulnerable en ataque. Pero por encima de todo sobresale la figura de un portero que es ya el que más paradas ha efectuado en todo el campeonato y, quién sabe, si no llama a la puerta de una selección que a día de hoy está en horas bajas, con los tres arqueros contendientes a la titularidad haciendo jornada tras jornada la más gorda.
Cuando el Newcastle dio a conocer en pretemporada que su portero Martin Dubravka estaba lesionado, los seguidores se echaron las manos a la cabeza, pues era el eslovaco el mejor sostén que tenía en defensa la plantilla y quizás, más incluso que Saint Maximin y el capitán Lascelles, el único jugador con la titularidad asegurada. ¿Qué iba a ser del club si ese que salvaba los muebles jornada tras jornada se iba a perder varios meses de competición?
La respuesta estaba en casa, en un muchacho que nunca dijo una palabra más alta que otra, que tragó meses y meses, temporada tras temporada, con el banquillo e incluso la grada para tener la oportunidad que hoy le ha llegado. Porque si bien Darlow firmó por el Newcastle en 2015 con la intención de ser el portero relevo de Tim Krul cuando el neerlandés ya no diera más de sí, lo cierto es que incluso llegó a ser el cuarto portero en discordia para entrenadores como Benítez. Siempre que jugó, o casi siempre, lo hizo a gran altura, pero nunca hubo justicia con él.
Cuando varios primeros espadas salieron espantados el día que el Newcastle perdió la categoría, Darlow permaneció en el inframundo para ser titular y devolver al equipo a la máxima división, pero de manera inesperada volvió a ser carne de suplencia cuando un año antes se había ganado con actuaciones estelares ser el titular en Premier League. Darlow aguantó ser suplente de un portero que ciertamente no era mejor que él como Rob Elliot. También quedarse en un equipo que le había relegado a un segundo plano y pensaba ya en un canterano llamado Freddie Woodman que venía rompiéndola con las inferiores de Inglaterra e incluso no se vino abajo cuando la llegada de Dubravka hace ya un par de años le resquebrajó todas las opciones.
Hoy recoge los frutos de tantos años trabajando en silencio y en la sombra, pese a seguir recibiendo palos por todos lados. Porque poco importa que sea el portero más en forma de la Premier, que Steve Bruce se ha hartado de confirmar que cuando Dubravka esté sano, Darlow volverá a la suplencia. Y es cierto que el eslovaco ha sido durante todo su tiempo en el club el mejor jugador de la plantilla, como que también es difícil que su mejor nivel sea superior al que tiene hoy su suplente.
Y mientras Pickford sale a actuación bochornosa casi jornada tras jornada y Pope le sigue los pasos, Henderson sigue a la sombra de De Gea. Darlow sigue soñando con una selección cuya camiseta nunca ha defendido. “Sé que tengo las cualidades para llegar a ser internacional”, afirmaba el guardameta, sabedor de su potencial y, sobre todo, de su momento actual, superior al de todos los porteros del país.
Imagen de cabecera: Stu Forster/Getty Images