Pocas historias de amor son tan fieles como la de los brasileños y la Fórmula 1. Historias de amor que son eternas y trascenderán a lo largo del tiempo. Algunas han sido fructíferas, otras no. La más bonita de todas ellas terminó de la peor manera posible. A lo largo de la historia de este deporte, treinta y tres pilotos brasileños han corrido en la Fórmula 1, sumando entre ellos más de 1.900 carreras y ocho campeonatos del mundo.
Nos remontamos a los inicios del Gran Circo, en 1951. Francisco Sacco Landi, más conocido como ‘Chico Landi’, fue el primer brasileño en disputar un Gran Premio de Fórmula 1. Participó en un total de seis, logrando un cuarto puesto como mejor resultado de la mano de Maserati en 1956. Por aquel entonces, la Fórmula 1 era bien distinta a la que conocemos actualmente, es por ello que vemos que muchos pilotos no completaban todos los Grandes Premios de una temporada, algo completamente normal en aquella época.
Pasaron los años y no fue hasta los 70 cuando vimos el primer gran piloto brasileño en la Fórmula 1. Su nombre es Emerson Fittipaldi. Debutó en 1970 con Lotus, temporada en la que logró su primera victoria en el Gran Premio de Estados Unidos. No era solo su primera victoria, sino que lo era también para su nación, Brasil. En 1972 ganó su primer campeonato del mundo, temporada en la que se adjudicó cinco victorias. Aquel año, se convirtió en el piloto más joven en lograr el campeonato del mundo, récord que iba a mantener durante treinta y tres años hasta que se lo arrebatara un joven español llamado Fernando Alonso en 2005. Dos años más tarde, en 1974, Fittipaldi repitió su gesta, esta vez acompañado de McLaren. Aquella temporada ganó tres carreras y consiguió otros cuatro podios, suficientes para para proclamarse bicampeón del mundo con 55 puntos.
Casi una década después, Nelson Piquet fue el encargado de recoger el testigo de su compatriota Emerson Fittipaldi. Hijo de un ministro del Gobierno brasileño de aquella época que no compartía la misma devoción que su hijo por las carreras, Nelson decidió intercambiar el orden de sus apellidos para no ser reconocido y forjar así su propio nombre sin estar arraigado a su padre. Quizás, su rival más duro era el mismo. Talentoso al volante pero con un fuerte carácter que lo desprestigiaba. A pesar de ello, su palmarés es indiscutible. Debutó en la Fórmula 1 con 25 años, pero no fue hasta 1981 cuando se coronó campeón del mundo de la mano de Brabham. Dos años más tarde, en 1983, repitió hazaña y se proclamó bicampeón del mundo, también con Brabham.
Pasaron tres años en los que Piquet fue eclipsado primero por el austriaco Niki Lauda y después por los dos campeonatos de Alain Prost. Probablemente, uno de los momentos más recordados de este trance temporal fue el adelantamiento que le hizo en 1986 a su compatriota Ayrton Senna en Hungría en 1986. A mi parecer, uno de los mejores adelantamientos que jamás he visto. Ya en 1987, Nelson Piquet logró su último campeonato del mundo junto a Williams Honda. En 1991, el brasileño se retiró de la Fórmula 1 siendo tricampeón del mundo.
Y ahora pasamos a hablar de un piloto que es considerado el mejor de la historia por mucha gente, Ayrton Senna. Uno de los pilotos más talentosos que ha conocido la historia de este deporte. Religioso y muy agresivo en la pista, si veía un hueco, iba a por él. Sin embargo, el destinó le preparó uno de los finales más trágicos. Para consuelo de aquellos nostálgicos como yo, Ayrton falleció haciendo aquello que más le gustaba, pilotar.
Su trayectoria en la Fórmula 1 comenzó en 1984 de la mano de Lotus. En su primera temporada, sorprendió al mundo entero con su conducción bajo la lluvia de Mónaco. Aquel día cosechó un segundo puesto, justo por detrás del que iba a ser su compañero en un futuro, Alain Prost, quien incitó aquel día a dirección de carrera que terminaran el Gran Premio por su peligrosidad o quizás, por verse tan presionado por aquel joven piloto brasileño. En cualquier caso, en 1988, Ron Dennis fichó a Ayrton Senna para McLaren. Probablemente, montó la mejor alineación jamás vista: Alain Prost y Ayrton Senna. Aquel año comenzaron las verdaderas hostilidades entre ambos pilotos y en el Gran Premio de Japón, Senna se proclamó campeón del mundo. En 1989, Prost ganó el campeonato y abandonó McLaren. En 1990, de nuevo en Japón, Senna y Prost se jugaban el campeonato. Tras la salida, ambos pilotos colisionaron y se vieron obligados a abandonar. De aquella manera, Ayrton Senna conseguía su segundo campeonato del mundo con McLaren. En 1991, Ayrton Senna revalidó título y se coronó tricampeón del mundo. Aquel año, su rival en pista fue Nigel Mansell.
Desafortunadamente, Ayrton Senna perdió la vida en el Gran Premio de San Marino en 1994, en la curva de Tamburello, en Imola. Su legado ha trascendido en el tiempo. Sigue siendo recordado. Aquel día, murió la persona y nació la leyenda.
Los últimos dos grandes nombres brasileños que ha conocido la Fórmula 1 son el de Rubens Barrichello y el de Felipe Massa. Ambos consiguieron 11 victorias en sus carreras deportivas, pero primero hablaremos de Barrichello.
Rubens Barrichello es el tercer piloto hasta la fecha que ha disputado más Grandes Premios en la Fórmula 1, justo por detrás de Fernando Alonso y Kimi Räikkönen. Debutó en este deporte en 1993 y finalizó su carrera en 2011. Durante ese periodo de tiempo, cosechó 11 victorias y 68 podios. De hecho, la última victoria a nombre de un brasileño es de Barrichello. Fue de la mano de BrawnGP en el Gran Premio de Italia de 2009, en Monza.
Finalmente está Felipe Massa, quien ha logrado 11 victorias y 41 podios a lo largo de su carrera en la Fórmula 1. Estuvo a punto de proclamarse campeón del mundo en 2008. De hecho, sus ingenieros de Ferrari celebraron el campeonato, pero en la última curva de la última vuelta, un jovencísimo Lewis Hamilton le arrebató el campeonato.
La última vez en la que un brasileño participó en una carrera de Fórmula 1 fue en el Gran Premio de Sakhir de 2020. Pietro Fittipaldi, nieto de Emerson Fittipaldi, se subió al Haas para substituir a Romain Grosjean. Sin embargo, la gran sensación de Brasil es Felipe Drugovich, el actual campeón de la Fórmula 2.
No sabemos que nos deparará el futuro, pero los años gloriosos de Brasil en la Fórmula 1 seguro que volverán. Estas historias de amor son demasiado bonitas para que desaparezcan. Al fin y al cabo, Brasil y la Fórmula 1 van de la mano.
Imagen de cabecera: GettyImages
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