La estructura social de los leones resulta bastante interesante de observar. Los grupos de leones que viven juntos se llaman manadas. Normalmente cinco o seis hembras viven en este grupo, además de sus cachorros, puede haber un macho o hasta tres de ellos y sólo uno será el macho dominante. Se trata de un alfa, alfa es el individuo en la comunidad con mayor rango, a quien los otros siguen. Ese macho es el único y especial, el que tiene más jerarquía.
Pero a menudo llega otro león, que insiste en retar al macho dominante. Luchar, ganar, reinar. Así funciona la jerarquía de los leones.
Durante muchos años, Sergio Agüero ha sido el líder en un rincón de Manchester llamado Etihad Stadium, donde guiaba a su manada cada fin de semana. Una manada que ha llegado a ser tan poderosa que ha ganado en varias ocasiones la Liga Inglesa, con el argentino como máximo goleador.
Este mercado hibernal, llegó un joven león a Manchester. Un león que la afición ‘citizen’ ya corea como a uno más, desde que debutó frente al Tottenham en el tramo final del partido. 10 minutos que le sirvieron para demostrar que no venía a ser suplente, y no solo eso, venía para reinar, venía para retar al macho dominante.
El miércoles, el City se enfrentaba al West Ham en el estadio de las pompas de jabón, y Pep optó por darle al joven león la oportunidad de pelear, en forma de titularidad. El rey de la manada, Agüero, iba a observar sentado como su mayor amenaza se encargaría de defender a la manada.
En el minuto 16, Gabriel Jesús regalaba una asistencia a Kevin de Bruyne, y el grupo de leones cada vez le arropaba más profundamente entre sus brazos. Con el calor que proporcionaban esos brazos, cada vez más cómodo entre los leones, el brasileño se afianzó. Antes de terminar la primera mitad, ya dio su primer zarpazo vestido de azul, en forma de gol. Fue entonces cuando toda la manada se fundió en un brazo, abrazo portavoz de un mensaje “ya estas dentro”.
El partido terminó 0-4, Gabriel jugó todo el partido, y confirmó las buenas sensaciones que había dejado en su debut.
Llegó el sábado, el Etihad volvió a corear el nombre del joven león, que volvía a salir de inicio, con un Agüero con cara de circunstancias que veía como Gabriel le estaba ganando la batalla. Comenzó el partido, y fue en el minuto 11, nada más comenzar el partido, cuando Gabriel Jesús hizo que las gargantas de la zona azul de Manchester gritaran gol, pero no fue un ‘gol’ como los de siempre, fue un ‘gol’ gritado de forma diferente, con mensaje secundario, un ‘gol’ que en su profundidad sabía que había encontrado un nuevo líder, que les haría pronunciar esa palabra una y otra vez, dando cada vez más jerarquía al joven león, que pisaba fuerte, muy fuerte.
El Swansea complicó algo las cosas con un gol de Sigurdsson en el 81, pero fue entonces cuando el joven león se puso en pie, ya levantando a toda la manada, ya sintiéndose líder. En el minuto 90, le llegó un balón aéreo, un balón que remato de una forma magistral, con la melena de un buen líder. Ese león acababa de dar la victoria a su manada, y se ganó un hueco en el corazón de la afición de Manchester, que miraba ilusionada como su nuevo líder había tomado el control. El brasileño había ganado la batalla con esos 2 goles que significaban la confirmación de que la manada estaba en buenas manos, 2 goles que proporcionaban seguridad en un rincón de Manchester, que sabe que tiene líder para años, un rincón de Manchester llamado Etihad Stadium.
Gabriel Jesús no ha tenido tiempo de adaptación, no porque no haya podido tenerlo, sino porque no lo ha necesitado. No sabemos si acabará ganando la batalla de forma definitiva, pero por el momento y a estas alturas de la temporada, el City y su manada tienen nuevo líder.
¿Podrán el brasileño y el Argentino compartir jerarquías? ¿O solo quedará uno? Será bonito de comprobar.
“We’ve got Jesus, Gabriel Jesus
I just don’t think you understand…
He’s number 33,
he’s better than Rooney,
We’ve got Gabriel Jesus…».
Ecos de un Etihad enamorado.