Uno de los técnicos de moda en la Bundesliga es, sin duda, Baumgart, el hombre que le ha cambiado la cara al FC Köln. El conjunto de Colonia se salvó del descenso en el último momento, goleando al Holstein Kiel en la vuelta de la Relegation, una eliminatoria que suele ser, excepto casos aislados, triunfo para el equipo de mayor categoría. Pues bien, tras aquel susto, la cúpula decidió elegir a Steffen Baumgart como el patrón del barco para la 2021-22, un anuncio que se hizo sin haber acabado la temporada, algo habitual en el país.
Baumgart era un técnico de perfil bajo, pero su carácter y aura de persona excéntrica podía ser la solución. No se equivocaron. Ahora el equipo está por entrar en Europa cinco años después de su última participación. ¿Y dónde estaba por aquel entonces Baumgart? En el paro. Había dirigido al Berliner AK en Regionalliga y no pudo conseguir el ascenso. Después de ese año sin banquillo, volvió al ruedo de la mano del SC Paderborn de una manera algo fortuita. El club venía de dos descensos consecutivos desde Bundesliga a 3.Liga y, aun quedando en puestos de descenso, se salvó por la pérdida de licencia del 1860, que fue descendido a Regionalliga. La llegada de Baumgart revolucionó al conjunto bávaro y, en tres temporadas, había conseguido devolverlo a la máxima categoría.
Aunque la aventura fue muy corta, la temporada 2019-20 del SC Paderborn de Steffen Baumgart tuvo pocos puntos, concretamente 20, pero momentos de lucidez algo inesperados por su manera de jugar, desenfadada, sin miedo, pero asumiendo mucho riesgo. En el inicio de aquel año, el equipo llegó a diciembre con solo cinco puntos en la tabla. Esos cinco puntos se sumaron con una victoria en casa frente al Fortuna Düsseldorf y dos empates, en el Volkswagen Arena y el Signal Iduna Park. Todo lo demás, derrotas. El partido de Dortmund fue un claro ejemplo de lo que fue aquella temporada para el Paderborn. El equipo se puso con un 0-3 en el marcador antes del descanso, ante la sorpresa de todos. Después, las fuerzas flaquearon y solo salieron de allí con un punto. También sacaron un empate de su visita a Leipzig y, a pesar de perder el doble enfrentamiento en el derbi ante el Bayern, tuvieron al equipo muniqués contra las cuerdas. Mucho mérito en un año difícil.
La figura de Steffen Baumgart causa mucha admiración. El hombre de la boina tiene muchos adeptos o, quizás, sea la boina quien los tiene. Un objeto que se ha vuelto de culto. Anthony Modeste osó quitársela y ponérsela durante la celebración de un gol y a su técnico no le hizo mucha gracia. Quien sí logró llevársela fue Manuel Neuer que le intercambió la boina por la camiseta del guardameta tras un partido entre Bayern y FC Köln. La alegría de una hija bien vale el sacrificio de un objeto muy preciado. Pero tenía más.
Puede que no gane un título en mucho tiempo como técnico. Como futbolista no es que destacara mucho, al menos en cuanto a números. Su posición como atacante exigía siempre resultados a los que rara vez llegó. Quizás, en su temporada de debut en Primera con el equipo de su ciudad, el Hansa Rostock, donde marcó 10 goles. En los banquillos es todo un personaje. Sus gestos, su reacción viendo al equipo por la tele, desde casa. Su aparición en un entrenamiento disfrazado de unicornio (era el inicio de los Carnavales) y la plantilla fue a entrenar también disfrazada aquel día. Siempre da mucho que hablar y, quien sabe si en un futuro, pueda estar dirigiendo un banquillo más importante. La vuelta a Europa del Köln es un objetivo para este año. Después de la pasada campaña, tiene todo un mérito. Y eso, gracias al trabajo del entrenador y los goles de Anthony Modeste.
Imagen de cabecera: FC Köln