Ya es noticia que el Granada gane en casa. Es un notición, por tanto, que golee 4-0 a su rival. El equipo apático que se vio en Almería quedó en una anécdota. Los de Alcaraz, tras tres días de concentración en La Manga, se conjuraron para ofrecer una buena imagen ante su público para despedir la primera vuelta de la Liga.
Liderados por un Brahimi excelso, dominaron el encuentro con una gran primera mitad ante un Valladolid que evidenció los problemas que le mantienen en posiciones de descenso. Los nazaríes, en cambio, calmaron los ánimos de su afición con su tercera victoria local de la temporada, justo dos meses después de ganar al Málaga.
Piti dejó escapar la primera ocasión a los nueve minutos y, solo en el área tras deshacerse de dos contrarios, avisó con un disparo que repelió Mariño. El Granada lo siguió intentando en esos primeros compases del partido, pero los pucelanos defendían bien las constantes llegadas rojiblancas al área rival. Hasta que, a los doce minutos, Murillo inventó una chilena que se coló en la red tras un buen centro de Brahimi desde el lateral derecho del área.
Diez minutos después, y sin haber bajado el ritmo, el Granada hizo el segundo en la jugada de un córner. Recio remató casi en el suelo un balón suelto y firmó el 2-0.
El Valladolid tuvo sus minutos antes del descanso pero, con un único remate a portería en la primera mitad, no conseguía salvar la presión de los andaluces, que se sentían cómodos sobre el césped y hasta triangulaban con calma.
Nada más iniciarse el segundo tiempo, JIM se vio obligado a recomponer su equipo y dio entrada a Sastre y Larsson por Víctor Pérez y Bergdich, respectivamente. Los cambios alentaron al Valladolid en ataque. Sin embargo, sus ocasiones quedaban en nada e incluso veían anulado un gol de Javi Guerra por fuera de juego.
Entonces llegó la sentencia del Granada que, por medio de Recio, con un disparo lejano y ajustado al palo, firmó el 3-0, el segundo en la cuenta del malagueño.
Los pucelanos echaron el resto sin éxito y, cuando ya habían echado el freno los locales, se encontraron con un nuevo córner que picó Mainz de cabeza y El Arabi recogió el esférico a medio metro de la línea de gol, para introducirlo a placer en la portería (77’).
El Granada ya ni opuso resistencia ante un Valladolid que parecía querer empujar el reloj hasta el final del partido para terminar cuanto antes. Los castellanos sólo han logrado una victoria en los últimos ocho partidos y ya suman nueve derrotas que les mantienen en la zona de descenso. Los rojiblancos, con estos tres puntos, toman aire de nuevo, aunque sólo sea porque la afición suelte un poquito la soga de la exigencia tras disfrutar de la mayor goleada cosechada desde el regreso de los suyos a Primera.
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