¿Quién no recuerda a George Weah? El ex futbolista liberiano que jugó para PSG, Milan o Chelsea y que ganó el Balón de Oro de 1995. Un delantero impresionante, que hacía de la potencia algo ordinario y uno de los mejores jugadores africanos de la historia. Tal vez el mayor. El único africano en ganar un Balón de Oro y el primer no europeo que lo lograba allá por la década de los ’90.
Cualquiera que presuma de que le gusta el fútbol debe conocer a George Weah. Lo que ya es más complicado es que alguien conozca a su primo: Ali Dia. ¿Lo recuerdan?
George Weah
El gran día fue el 23 de noviembre de 1996, pero para entenderlo hay que explicar los antecedentes. Graeme Souness, entrenador del Southampton, sufría una plaga de lesiones terrible. Pese a ser ‘Los Santos’, parece que no gozaban de gran salud. Entonces, descolgó el teléfono de su oficina de Southampton y al otro lado estaba el mismísimo George Weah, reciente Balón de Oro, ofreciendo los servicios de su primo, Ali Dia, con quien había jugado en el PSG y que había sido internacional con Senegal, incluso. Una oportunidad irrechazable en una situación límite.
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Ali Dia llegó el 21 de noviembre para entrenarse a modo de prueba con el Southampton. Tal era la cantidad de lesionados que Souness lo convocó para un encuentro ante el Leeds que tendría lugar al día siguiente. Seguramente no tenía intención de hacerlo jugar, era para rellenar, pero con la mala suerte que les atormentaba tal vez debió pensárselo dos veces antes de incluirlo en la convocatoria.
Corría la media hora de partido en The Dell, antiguo estadio de los Saints, cuando su gran estrella Matt Le Tissier cayó lesionado. ¿A quién puso Souness a calentar? Efectivamente. A Ali Dia. Y lo introdujo en el terreno de juego en un desesperado intento porque la tensión competitiva hiciera brotar los genes comunes con Weah. Lo que sucedió entonces fue un auténtico espectáculo. No sabía colocarse en el campo, no sabía pasar, no sabía tirar… duró 43 minutos hasta que Souness lo cambió de nuevo y dio entrada a Ken Monkou en su lugar. «Corría por la cancha como Bambi sobre hielo. Fue muy vergonzoso verlo», así lo describió posteriormente Le Tissier en una entrevista.
Imagen: Bleacher Report
Ali Dia no se presentó al entrenamiento del día siguiente -estaba obligado ya que había firmado un contrato de prueba de un mes- argumentando una ficticia lesión. Souness, consciente de su error, llamó a George Weah para pedir explicaciones y la respuesta que obtuvo fue que no tenía ningún primo futbolista y que no había llamado al club ofreciendo a Ali Dia. Se rumorea que fue un compañero del propio Dia. Como se diría hoy en día, un trolleo en toda regla.
Su actuación aquel día le valió el apodo de «peor futbolista de la historia» al bueno de Ali Dia. Una anécdota única de la Premier. Quienes lo vieron se lo han contado a sus hijos, estos lo harán con los suyos y así sucesivamente. Ali Dia jugó en varios equipos no profesionales y se graduó en la Universidad de Northumbria en el año 2001 pero, a pesar de no jugar al fútbol profesional nunca más, pasará a la historia como el jugador con la carrera profesional más efímera jamás vista; tan solo 43 minutos.
*Imagen de cabecera de Kaiser Magazine