Pasar cada una de las frías y heladas noches de invierno es siempre muy complicado, pero si no tienes a tus bastiones para que te protejan es aún peor. Las murallas siempre han cuidado y resguardado un castillo durante décadas, pero en Madrid han sido derrumbadas en apenas tres semanas. Y cuando tus pilares caen, solo queda esperar que tus principales guerreros salgan para cuidar el castillo blanco.
El Real Madrid de baloncesto se enfrenta ahora a uno de sus peores momentos de la era Pablo Laso. En invierno, sin apenas descanso entre partido y partido (Liga y Europa) y con hasta tres bajas en la pintura. El serbio Kuzmic dijo adiós a la temporada por su grave lesión de rodilla, el ‘Titán de Nayarit’ Ayón pasará por quirófano y estará entre 3 y 4 meses de baja, y ahora el recién campeón europeo, Anthony Randolph, sufre una lesión de estrés en la base del tercer metatarsiano del pie derecho y será baja indefinida.
Tres lesiones y las tres en los cimientos del equipo blanco. Todo ataque empieza por una gran defensa y ellos eran especialistas en este aspecto. La solidez por la que siempre se ha caracterizado la plantilla de Laso ahora se resiente tras la caída de sus pívots. Para remediarlo, un tal Walter ‘Edy’ Tavares ha acudido a la llamada del vitoriano. Una torre inmensa de 2 metros y 21 centímetros que ya conoce España por su paso por Gran Canaria. Ha sido reclamado por Laso para suplir estas grandes ausencias. Él y el veterano Felipe Reyes a sus 37 años, son los encargados de hacer olvidar este mal trago de agua fría que está sufriendo el cuadro blanco tanto en la Liga Endesa como en Euroliga.
Los maestros salen cuando más se les necesita y en Madrid esperan que pase esto. Luka Doncic debe asumir aún más galones si cabe y ser el jugador franquicia del actual Real Madrid. Con la también triste ausencia del gran Sergio Llull, el conjunto merengue está obligado a resarcirse y rehacerse en tareas tanto ofensivas como defensivas.
Nadie dijo que fuera fácil Pablo. Y menos tras la peor derrota sufrida en Europa en el Buesa Arena ante Baskonia. Los 30 puntos de ventaja del equipo del norte denotan que el actual campeón de Copa necesita reinventarse en todas las facetas del juego. En invierno llegan malas cosechas, pero en primavera esperan que dos baluartes vuelvan al 100%. Llull y Ayón tienen parecidos plazos de recuperación. Su vuelta a la normalidad de los entrenamientos se antoja ahora esencial para los intereses de todo el Real Madrid.
Sin murallas pero con el gen competitivo y campeón que siempre ha caracterizado al conjunto de Pablo Laso. Duras semanas se auguran en Madrid, pero con sacrificio y mucho esfuerzo esperan sacar nota positiva a este duro invierno.
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