Opinar del fútbol es tremendamente fácil. El deporte rey por excelencia, del que todos saben, en el que si no fuera porque se esconden detrás de la barra del bar o camuflados en los asientos de una grada estarían todos ahí, en el verde ‘dándole patadas a un balón’. ¡Qué tarea más sencilla! ¿No?
Tan solo vemos el espectáculo, la función del domingo. Pero todo lo que no ve la gente es lo que hemos tenido que sudar entre bambalinas para que el escenario abriera su telón. Día tras día, un largo esfuerzo para llegar en las mejores condiciones posibles a la prueba de fuego. Y no es tan fácil como algunos piensan. El fútbol como todo en la vida, requiere un esfuerzo y un sacrificio para poder llegar a lo más alto y poder alcanzar tus objetivos. No solo a nivel físico, también a nivel mental, donde tu cabeza tiene que poner tus mejores cartas sobre la mesa y guardar tu as bajo la manga para cuando necesites darle la vuelta a la partida. El fútbol es puro sacrificio, dedicación y tesón. El fútbol es ganas, es afán pero también es amor. Es puro sentimiento. Amor por un balón en torno al que gira tu vida cada semana. Por el que sufres si decide entrar en tu portería, por el que te vuelves eufórico si lo hace en la contraria.
Por eso cuando hablan de lo ‘fácil’ que es ser futbolista, los invito a ponerse un domingo vestido de corto para que comprueben que no es tan simple como parece. Que al igual que cada uno trabaja diariamente para ser mejor en su ámbito, nosotras lo hacemos para estar al máximo en cada encuentro.
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Imagen de cabecera: @Sara1Serrat