Sergio Escudero, futbolista del Sevilla, entrevistado a pie de campo por Ismael Medina (beIN Sports), dijo ante las cámaras: “Llegar a una final como esta no se consigue todos los años”. No pude evitar sonreír.
La tiranía del Sevilla
El Sevilla Futbol Club es el rey de la Europa League. Algo que todo el mundo sabe. Es su casa, su terreno, y en él son imbatibles. Solo cuando ellos quieran permitirán a algún otro alzar el trofeo. Solo cuando decidan pasar al siguiente nivel, y empiecen a dar guerra en Champions, podrán el resto de equipos soñar con la gloria europea.
Cinco títulos en los últimos once años, en tan solo ocho participaciones. Un 62,5% de éxito. Inigualable.
Gen de campeón
El Liverpool de Jurgen Klopp, favorito en las apuestas, tuvo contra las cuerdas a los hispalenses. El alemán ha cambiado la cara a unos jugadores que parecían un grupo inerte con Rodgers, les ha hecho creer que pueden batir a cualquiera, y éstos han respondido. Tras eliminar a Manchester United, Borussia Dortmund y Villarreal (tres de los máximos favoritos al título), se presentaban en Basilea dispuestos a decirle a Europa que estaban de vuelta, que ese escudo volvería a estar en el sitio que por historia merece. Su primera parte fue soberbia, la presión asfixiante y la velocidad de los hombres de arriba apenas dejó al Sevilla respirar. El soberbio 1-0 de Sturridge parecía corto visto lo visto en el campo. El campeón estaba contra las cuerdas. Llegó el momento de Unai Emery.
15 segundos tardó el Sevilla en recordarle al Liverpool que esa era su casa, que era su competición. Los Gameiro, Vitolo, Banega, Mariano y Coke arrollaron a unos reds que, sin Anfield detrás, no tuvieron respuestas. Coke Andújar (ayer capitán), parte del tan criticado doble lateral, se erigió en el héroe de la noche. La quinta ya era suya.
Pocos equipos compiten como el Sevilla de Emery, un rival prácticamente imposible de noquear. Puedes golpearle las veces que haga falta, pero nunca lograrás tirarle contra la lona. Tras tantas victorias, el gen de campeón ya forma parte de su ADN. Tiene ese intangible que le hace levantarse cuando nadie cree que pueda, que le hace salir victorioso cuando todo depende del azar.
Tras caer derrotado en Basilea Jurgen Klopp declaró: “Se lo merecen, ganó el mejor, hemos luchado pero no pudo ser, hay que arrodillarse ante el Sevilla, un grande en Europa”.
Tras alcanzar el éxito, cada verano llegan los tiburones con sus grandes chequeras a llevarse a los artífices del mismo. Se fueron Alberto Moreno, Rakitic, Fazio, Bacca, Mbia o Aleix Vidal, pero hay algo que nunca podrán llevarse: el escudo. Y es que hay ocasiones en las que el escudo también gana títulos.
El Ramón Sanchez Pizjuán volverá a oir música de Champions. Enhorabuena Sevilla.