En 2001, Iván Ferreiro, por aquel entonces cantante del grupo Los Piratas, sacó un disco titulado Ultrasónica, y dentro de ese disco, una canción que lleva por título ‘El equilibrio es imposible’. Paradójico. Cierto es que no hay nada más difícil que lograr el equilibrio, más difícil si cabe en el mundo del fútbol. Ahora que estamos en plena jornada intersemanal me parece un buen momento para poner sobre la mesa el recurrente capítulo de las rotaciones y cuándo es un buen momento para ponerlas en práctica. Os puedo hacer un spoiler y deciros que el cuándo es nunca, así que lo que planteo es cuándo es el momento menos malo para hacer alteraciones en el equipo inicial habitual.
El Madrid de Zidane, el de la temporada pasada, llegó a los 2 últimos meses de competición fundido, con un desgaste físico que los jugadores ya no podían ni ocultar sobre el verde. El técnico francés no es muy fan de las rotaciones y no rotó nada o casi nada y eso, en un equipo que juega unos 60 partidos al año, dice mucho de cómo acaban esas piernas la temporada. Kroos y Modric (que ya tienen una edad) no daban más de sí, y las lesiones, no sólo en el Madrid, sino en el resto de equipos de la liga se resienten. Las no rotaciones no funcionaron ni por rendimiento ni por resultados.
A Bordalás, esta temporada se le achaca las rotaciones que hizo ante el Mallorca en la pasada jornada, dando entrada a Diakhaby para proteger a Alderete o la suplencia, por ejemplo, de Hugo Guillamón, un fijo esta temporada en la medular. El 2-2 (y gracias) final demuestra que el experimento salió regular, pero aún así, intentó buscar el equilibrio en una semana de 3 partidos en apenas 7 días. Se le criticó al técnico valencianista los cambios, pero también se critica a otros entrenadores que no rotan nunca y llegan con los futbolistas exhaustos al tramo más importante de la temporada. ¿En qué quedamos? Rotaciones, sí. Rotaciones, no.
¿Cuándo es un buen momento para hacer cambios? En estos momentos de la temporada en los que llevamos casi 11 jornadas, hay equipos metidos en la zona baja de la tabla que no se pueden permitir rotar si quieren salir de ahí. Otros, en la zona noble, también dirán que ahora no es un buen momento, para no descolgarse y perder la ventaja. ¿Entonces? ¿Tienen que elegir los entrenadores entre táctica y físico? ¿Puntos o piernas? Creo que, como todo en la vida, es cuestión de prioridades. Las rotaciones te quitan cosas, pero también te dan otras. Entonces se trata de elegir. Mi opinión es que hay que proteger al jugador de las lesiones y del cansancio acumulado, sobre todo, tan pronto. Llegará un momento en la temporada en el que llegará la Copa del Rey que también te ‘obligará’ a rotar y te hará reservar a tu 11 inicial para lo que te da de comer, la liga.
De equilibrio ha hablado también el Cholo últimamente. El equilibrio de su tridente: Griezmann, Joao y Suárez. “Si hay equilibrio, podrán jugar juntos”. Simeone busca la estabilización, la igualdad, la armonía, la proporción, el contrapeso, la simetría, la consonancia, la contrapartida entre los 3 de arriba. Todo esto se puede resumir en el ying y el yang, elevado a 3 participantes. Algo así como el ying, el yang y el yung. Lo que le falte a uno que lo complemente alguna de las otras dos piezas del rompecabezas. En Luis Suárez busca a su delantero por excelencia, al 9 referente. En Griezmann espera recuperar al jugador que fue, con jerarquía y gol. Y de Joao también espera un equilibrio entre el talento que tiene y la voluntad que debe tener, porque como dijo el propio Cholo lanzándole un dardo envenenado al portugués: “sin voluntad, el talento no es suficiente”. Ahora mete esas 3 piezas en una coctelera y espera que te salga un Atleti campeón. Si todo fuese así de sencillo, no sería fútbol.
Aunque lo que busca el técnico argentino para su tridente bien se puede trasladar al resto del equipo. Apuesta por onces cada vez más ofensivos, pero la defensa se ha resentido, a diferencia de otras temporadas en las que sus equipos siempre se han caracterizado por la seguridad atrás. Siempre se le ha echado en cara la teoría de la manta corta. Fiarlo todo a la defensa y desnudar la delantera. Ahora que lo ha hecho a la inversa, se ve desprotegido el que era su punto fuerte. Le vuelve a faltar equilibrio. Y en eso anda Simeone, Bordalás, Ancelotti y el resto de entrenadores de Primera que en esta jornada tendrán que mover piezas lo quieran o no. Así que, a mi entender, no, el equilibrio no es imposible, pero sí difícil de conseguir.
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