Treinta equipos, dos rondas, sesenta jóvenes que están a punto de convertirse en profesionales. Un día donde las vidas cambian, se deciden destinos, nacen dinastías y el reloj no se detiene. Por supuesto, estamos hablando del Draft. Es la ocasión anual que tiene cada franquicia de jugar sus cartas y arriesgar meses de scouting y de trabajo para soñar con un futuro triunfal pero, ¿puedes elegir al jugador que cambiará tu futuro sin haberle mirado a los ojos?
La suspensión de la temporada NBA ha obligado a aplazar muchos eventos relacionados, entre ellos el Draft. Que se vaya a celebrar en el mes de agosto o septiembre no será lo único extraño, también lo son las formas. Como no hay clasificación definitiva de la temporada regular, todavía no se puede realizar la lotería previa que determina la posición de cada equipo a la hora de escoger. No se quedan ahí las singularidades, sin duda, la más importante es que casi con total seguridad las franquicias no tendrán acceso a los entrenamientos pre Draft tan influyentes a la hora de tomar sus decisiones.
El general manager de los Celtics, Danny Ainge, lo explicaba hace unas semanas en una videoconferencia con los medios de Boston: “Jamás habría apostado por Rondo si no pudiese conocerlo, estar con él y mirarle a los ojos antes”. Información no le faltaba, de hecho ya le había visto exhibirse dos años atrás en Barcelona, en el Torneo Junior Ciutat de L’Hospitalet del año 2004. Sin embargo, Ainge no se conformó con verle jugar con el equipo de su academia o en la universidad, fue en uno de los entrenamientos previos al Draft cuando observó su verdadera personalidad y el fuego que salía de la mirada del joven base de Kentucky y pudo decidirse por él.
Si tener que elegir jugador sin conocerle y haberle visto entrenar va a ser complicado, se añade la dificultad extra de que ninguno de ellos asistió al March Madness, torneo final de baloncesto universitario por excelencia, también suspendido. No todo gira sobre las primeras elecciones que parecen obvias desde hace meses. Muchos jugadores se han labrado un hueco en la primera ronda gracias a sus actuaciones en dicho torneo. Reciente está el ejemplo de Donte DiVincenzo, al que su actuación en la final de 2018 le valió para ser escogido antes de lo esperado (puesto 17).
Las estrellas tampoco están siempre en los primeros puestos. Los Raptors han demostrado la temporada pasada que se puede ganar el anillo sin tener en plantilla a un solo jugador elegido entre los diez primeros puestos del Draft, un hito histórico. Cada vez son más los departamentos deportivos que dedican la mayor parte de su tiempo de trabajo a estudiar su elección. Aunque no se elija entre los primero, todos quieren dar el gran golpe, encontrar al nuevo Pascal Siakam, al nuevo Antetokounmpo, Jimmy Butler…
Todo parece indicar que el Draft 2020 será insólito. Un auténtico problema para aquellos gerentes que se dejan guiar por las sensaciones distinguidas al conocer a los jugadores y una clara oportunidad para las franquicias que estén entregadas a los informes y el Big Data. No me malinterpretéis, todos los equipos tienen información desbordante sobre todos los prospectos que se presentan, mucha más que hace décadas, pero se va a echar en falta lo que los vídeos y datos no pueden transmitir. Lo que no se ve a través de una pantalla. Se va a extrañar esa mirada con la que Rondo convenció a Ainge.
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