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El día que España cambió su suerte

Ya lo decía Xavi Hernández, que estaba en el banquillo en los cuartos de final de la Eurocopa 2008, en uno de los ínclitos programas de Movistar: “Nos íbamos a los penaltis y ellos estaban tan tranquilos”. Gianluigi Buffon era ese Dick Diver que inventó Scott Fitzgerald, un joven guapo y preparado para detener cualquier penalti que lanzara un español. Daba miedo, el cabrón. España, que seguía con los traumas con los cuartos de final, se abonaba al milagro de una selección en la que pocos creían. Quizás Luis Aragonés y su combinado. Suficiente.

Ya en las previas de aquel choque nos volvieron a colocar la imagen de aquel Luis Enrique que lloraba tras el codazo de Mauro Tassotti. Clamábamos venganza, como si todavía estuviéramos en los tiempos en los que un roce en una taberna solo podía acabar en un duelo a muerte. No tenían bastante con triunfar en las discotecas de Ibiza, los malditos. También tenían que pasear sus estrellas e instalar el miedo a cualquier futbolista que se enfrentaba a la azzurra. Si alguien se atrevía a cantar el mítico “a por ellos” era porque Iker Casillas estaba en la portería de la selección.

Hay cosas que nunca cambian. Camacho ya se venía arriba con los penaltis; disfrutando de aquello que le quitaron un lustro antes ante Corea del Sur. “Este lo falla”, gritaba cada vez que un italiano se acercaba al punto fatídico. Y acertó un par de veces, por supuesto. España reventó sus miedos y no volvió a sufrir en una Eurocopa que siempre quedará en nuestra memoria. Cesc Fàbregas, tras el buen hacer de Casillas, nos susurró que esto no era un sueño; que no solo nos habían dado un like en redes sociales: había llegado el mensaje privado. Habíamos triunfado.

Hoy la selección se planta ante los italianos con otra cara. Los de Luis Enrique, aunque en su plantilla estén desprovistos de poso internacional, ya tienen un bagaje histórico que les exime de mantras peligrosos. Lo reflejó Borja Pardo de maravilla: “España gana tandas de penaltis e Italia juega al toque con bajitos. Esta no la vimos venir”. Ya llega, una vez más, un clásico de las Eurocopas. Aunque, esta vez, España no posee miedos innatos. Y, sobre todo, no se deberá enfrentar a aquel tipo que, con su bella sonrisa, asustaba a todo un país.

Imagen de cabecera: @SpheraSports

Martorell (Barcelona), 1996. Periodista freelance. Amante del fútbol y loco por la Premier League. En mis ratos libres intento practicarlo.

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