El día D

Para
conocer el significado de dicha expresión nos remontamos a 1944, más concretamente
al 6 de junio. El Desembarco de
Normandía dio lugar al comienzo de la derrota de Adolf Hitler y el régimen nazi, de ahí el origen del Día D. Sin
embargo, no todos los planes surgen tal y como estaban planeados. El día
previsto para la incursión en el norte de Francia era el 5 de junio, pero las
condiciones meteorológicas y marítimas hicieron atrasarla un día.

Hoy en
día, nos referimos al ‘Día D’ como aquella fecha importante que acostumbramos a
marcar en rojo en nuestro calendario. Tal y como sucedió con el Desembarco de
Normandía, el Día D de Ousmane Dembélé también
se está retrasando, eso sí, excesivamente.

Los más
de cuatro meses que ha pasado alejado del terreno de juego han obligado al
francés a posponer su regreso a la regularidad. Desde que llegó al FC
Barcelona, no ha disputado más de dos partidos consecutivos. Lo cierto es que
muchos esperaban que Ernesto Valverde
lo alinease ante el Chelsea en la
ida de los octavos de final de la Champions
League. «No
era un partido para hacer experimentos, sino para tener certezas. No es momento
de inventar demasiadas cosas, sino ser respetuoso con lo que nos ha llevado
hasta aquí», afirmó el ‘txingurri’.

Los próximos enfrentamientos
del Barça son idóneos para que el francés empiece, de nuevo, a coger rodaje. En
definitiva, encuentros para que Valverde realice los “experimentos” de los que
hablaba. Partidos de una menor exigencia (Girona,
Las Palmas y Málaga) combinados con algunos de una mayor importancia (Atlético de Madrid y Chelsea) pueden ser la combinación
ideal para poner su puesta a punto.

Muchos exigen rendimiento
inmediato al ‘11’ azulgrana y que justifique sus 150 millones de euros (105
fijos y 45 variables). Hay más variables que entran en esta ecuación y hay que
tener en cuenta: en primer lugar, la inexistente pretemporada de Dembélé al
estar en rebeldía con el Borussia
Dortmund y no entrenar ni en Alemania ni en Cataluña. Dicho periodo de
inactividad que se vio latente en sus primeros días como azulgrana. En segundo
lugar, la presión de ser el segundo jugador más caro de la historia del club y
haber llegado para suplir a Neymar Jr.
Y en tercer lugar, su poca experiencia en la élite. Tan solo ha disputado una
temporada en el modesto Stade Rennais y
otra en el Borussia Dortmund.
Tampoco está de más recordar que apenas tiene 20 años.

El fichaje del ‘mosquito’ es
un proyecto a muy largo plazo. No me entra en la cabeza exigirle rendir a un
altísimo nivel en su primer año considerando todas las variables comentadas
anteriormente. Por todo ello, creo que esta temporada debe ser considerada como
una etapa de adaptación y, a partir de siguiente campaña, veremos al Dembélé
que esperábamos. Será entonces cuando llegue su Día D.